El autoritario presidente de Bielorrusia defendió el miércoles su acción para desviar un vuelo europeo que desencadenó duras sanciones de la Unión Europea y acusó a Occidente de librar una «guerra híbrida» para «estrangular» a la ex nación soviética.
El domingo, los controladores de vuelo bielorrusos ordenaron que un avión de Ryanair que volaba sobre el país aterrizara debido a una amenaza de bomba y un avión de combate bielorruso se apresuró a escoltar el avión a Minsk, justo antes de que aterrizara en Vilnius, Lituania, desde Atenas, Grecia. . Una vez que el avión aterrizó, los agentes de seguridad bielorrusos arrestaron a Raman Pratasevich, un periodista y activista de 26 años, y a su novia rusa.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, negó que el avión de combate estuviera obligando al avión de Ryanair a aterrizar como una «mentira absoluta» y defendió su acción de desviar el vuelo como una respuesta necesaria a la amenaza de bomba.
“Actué de manera legal, protegiendo a las personas de acuerdo con las reglas internacionales”, dijo Lukashenko, quien ha gobernado la ex nación soviética con mano de hierro durante más de un cuarto de siglo, reprimiendo implacablemente la disidencia.
Los indignados líderes de la UE acordaron rápidamente prohibir a las aerolíneas bielorrusas el uso del espacio aéreo y los aeropuertos del bloque de 27 naciones, instaron a las aerolíneas europeas a evitar el espacio aéreo de Bielorrusia e impusieron sanciones a los funcionarios vinculados a la desviación. Dijeron que el bloque introducirá más sanciones contra las empresas que son las principales fuentes de ingresos del régimen de Lukashenko.
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