El presidente de Bolivia, Luis Arce, anunció este miércoles la próxima llegada de 2,1 millones de pruebas de antígeno y PCR dentro de la estrategia gubernamental contra la covid-19, cuyo azote sigue golpeando a regiones bolivianas como Santa Cruz y Cochabamba afectadas en esta tercera ola por la escasez de oxígeno.
«Anunciamos al pueblo boliviano que además del millón de vacunas que llegarán de China, los próximos días arribarán 1,1 millones de pruebas antígeno y 1 millón de pruebas PCR adquiridas a precios preferenciales. No bajamos la guardia contra la covid-19», escribió Arce en Twitter.
En otro hilo de mensajes, el gobernante reconoció que «no basta con reactivar la economía», pues se tiene que «garantizar la salud y la vida» de los bolivianos.
Por ello, aseguró que hasta el momento se ha destinado «más de 1.709,7 millones de bolivianos», el equivalente a 245,6 millones de dólares, en la compra de vacunas, medicamentos, equipos médicos para «combatir la pandemia».
«Como ningún otro año, en 2021 el presupuesto vigente para el sector de salud alcanza a Bs 24.504 millones (unos 3.520 millones de dólares), es decir el 10,7 % del Presupuesto General del Estado», remarcó Arce.
El gobernante, que se opone a aplicar medidas restrictivas como la cuarentena rígida para no dañar la economía boliviana, publicó estos mensajes un día después de que Bolivia reportara sus peores cifras diarias en toda la pandemia, con 115 fallecidos y 3.439 nuevos contagios de la covid-19.
Con más de once millones y medio de habitantes, Bolivia acumula 14.639 muertes y 374.718 casos de la enfermedad desde marzo de 2020.
EL GOLPE DE LA TERCERA OLA
La falta de oxígeno, la saturación de los hospitales y la escasez de medicamentos son algunas consecuencias de la tercera ola que azota al país desde mayo y que se ha ensañado particularmente con regiones como la central Cochabamba, que en la víspera reportó 1.025 nuevos contagios, y la oriental Santa Cruz, la mayor del país, con 1.102.
En ambos departamentos a diario se ven escenas de desesperación en las puertas de los hospitales, con gente que busca garantizar que no falte el oxígeno medicinal a sus familiares ingresados por la covid-19, así como largas filas de personas y vehículos en las plantas que producen o recargan este elemento.
A esto se suma la preocupación en las regiones afectadas por la insuficiencia de vacunas para empezar a aplicar las segundas dosis de fármacos como AstraZeneca.
«Cada muerte causada por la falta de oxígeno o de medicamentos es responsabilidad de quienes gobiernan desde hace siete meses y tienen los recursos, el mandato y la responsabilidad de prevenir, proveer y garantizar la lucha contra esta pandemia», escribió en Twitter el expresidente y líder opositor Carlos Mesa.
El exmandatario, que superó recientemente la enfermedad, sostuvo que «el 60 % de los contagios» de la enfermedad se dieron durante la gestión de Arce y cuestionó que «el sistema de salud sigue colapsado y la gente muere por falta de oxígeno y medicamentos».
El Gobierno boliviano aseguró el martes que están en camino las primeras 20 toneladas de las 320 de oxígeno medicinal adquiridas en Brasil y que se analiza la compra de plantas generadoras del insumo.
Un bloqueo de carreteras en la localidad de Villazón, fronteriza con Argentina, estaba impidiendo el paso de camiones cargados con oxígeno y medicamentos, aunque el Gobierno nacional informó que logró resolver el conflicto y que los vehículos pudieron continuar su camino esta madrugada.
EFE
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