El presidente de Bolivia Luis Arce acusó este lunes al Gobierno de Ecuador de «quebrar la tradición latinoamericana del derecho al asilo», y condenó «enérgicamente» la irrupción de policías ecuatorianos a la Embajada de México en ese país, en donde se asilaba el exvicepresidente Jorge Glas.
EFE
Arce recibió las cartas credenciales de Eduardo Sosa Cuevas como nuevo embajador de México en Bolivia, en un acto en la sede del Ejecutivo boliviano en la ciudad de La Paz, en donde expresó su solidaridad con el pueblo mexicano y con «el hermano presidente Andrés Manuel López Obrador».
«Cualquier acto contra el pueblo amigo mexicano nos afecta como si fuera a nosotros mismos», señaló el presidente boliviano.
Arce agregó que el operativo policial en la Embajada de México violó la Convención de Viena y «no tiene precedentes en la historia del derecho internacional».
El presidente boliviano recordó que México apoyó a su país durante «la ruptura del orden constitucional de 2019» y afirmó que como Estado denunciarán lo que pasó en la Embajada mexicana en Quito ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y en otros espacios multilaterales.
Durante la crisis política de 2019 y tras la dimisión del expresidente Evo Morales (2006-2019), varios exministros bolivianos, incluido el presidente Arce, obtuvieron asilo en México y pudieron dejar el país por salvoconductos, mientras que otros exfuncionarios permanecieron durante un año en la residencia mexicana en La Paz, hasta que se celebraron nuevas elecciones en donde ganó el Movimiento al Socialismo (MAS).
Este domingo Bolivia pidió a su embajadora en Ecuador regresar al país para pedirle información sobre lo ocurrido en la Embajada de México.
«Este acto pone en riesgo la unidad latinoamericana y caribeña», sentenció Arce.
El asalto a la Embajada de México en Quito ocurrió el pasado viernes con el fin de detener al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, procesado por presunta malversación de fondos en el denominado caso ‘Reconstrucción’ de la provincia de Manabí, tras un terremoto en 2016.
Glas ingresó en la embajada en diciembre pasado y poco después pidió un asilo que le fue concedido el mismo día de la irrupción policial.
México rompió de inmediato las relaciones diplomáticas con Ecuador, y Nicaragua hizo lo mismo el sábado.
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