Como un «gesto de solidaridad de La Habana para Cuba» presentó el Gobierno de la capital el anuncio de que a partir de la próxima semana programará apagones de cuatro horas cada tres días en los municipios de la ciudad, que no ha tenido que soportar los extensos cortes de energía de los que se quejan los cubanos del resto de la Isla.
Según las autoridades locales, los cortes serán entre 10:00AM y 2:00PM, lo que permitiría ahorrar unos 100 megavatios, además de combustible, y que «repercutirá en que haya menos apagones en el resto de las provincias», aseguró el periódico oficial Tribuna de La Habana.
De acuerdo con Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista en la ciudad, «economizar ese combustible dará también la posibilidad de redirigirlo hacia la tan necesaria actividad económica y productiva».
«Este es el momento de contribuir para que el resto de Cuba tenga menos sufrimiento por los indeseables apagones… no es que a La Habana le van a tocar apagones porque el país no puede, no es que La Habana se está planteando que se den esos apagones para ayudar al resto del país, siendo justos, solidarios con nuestros hermanos, hermanas, familias, nuestro pueblo», dijo, aludiendo de forma indirecta a las críticas de los habitantes del resto de la Isla, que afirman que los cortes no ocurren en la capital porque el régimen teme otro estallido social como el del 11J.
Reinaldo García Zapata, gobernador de la ciudad, aseguró que no serán apagados los circuitos de producción continua, de bombeo de agua y de centros hospitalarios y servicios médicos, así como el suministro de gas.
Las autoridades anunciaron también inspecciones más rigurosas para sancionar a entidades derrochadoras de energía, puesto que, según García Zapata, pese a los llamados y las acciones implementadas hasta este momento, la ciudad no ha logrado enmarcarse en el consumo asignado, de unos 600MW.
Como si no fuera suficiente, en la reunión se anunció que la llamada «contingencia energética» que sufre el país, con muchas de sus termoeléctricas averiadas o en reparaciones, obligó a suspender el esperado Carnaval de La Habana.
En su lugar, los funcionarios anunciaron la celebración de «fiestas populares en el Malecón entre el 26 y el 28 de agosto», así como en otros puntos de los municipios.
Ambas decisiones, que hacen manifiesta la gravedad de la situación que vive el país, van a ser mal recibidas por los capitalinos. No obstante, el Gobierno parece haber calculado que los cortes del servicio durante el día evitarán las protestas nocturnas que se suceden en numerosos pueblos de las otras provincias cubanas.
La situación en la generación eléctrica se agravó el jueves, después que la unidad 1 de la Termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, de Felton, quedó fuera de servicio por un salidero en la caldera, por lo cual el déficit de electricidad sería de más de 500MW durante la jornada.
La unidad 1 de esa misma planta había sufrido semanas atrás una rotura grave, que las autoridades anunciaron demorará más de un año en ser resuelta.
Además de esta avería, la estatal Unión Eléctrica informó que en la Termoeléctrica 10 de Octubre, de Nuevitas, en Camagüey, las unidades 4 y 5 presentan falla en la estructura térmica superior y salidero en la caldera, respectivamente, mientras que la unidad 6 genera 112MW, pero «con limitaciones técnicas».
Desde hace días se encuentran fuera de servicio por averías las unidades 6, 7 y 8 de la termoeléctrica de Mariel, la Otto Parellada, la unidad 2 de la CTE Felton y la 3 de Rente. También está en mantenimiento la unidad 3 de la planta de Santa Cruz del Norte.
«Estamos sala’os», fue la frase que utilizó Miguel Díaz-Canel ante los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular días atrás, al reconocer que la situación no tiene salida en breve tiempo. Y, como es habitual, pidió comprensión y resistencia a los cubanos.
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