Grecia ha reaccionado pronto y rápido ante el coronavirus para evitar el “derrumbe” de sus hospitales “debilitados” por una década de crisis e impedir una incontrolable propagación a los superpoblados campamentos de migrantes, según los analistas.
“Nuestra prioridad es salvar vidas y a la salud pública, por ello hemos impuesto antes que otros países europeos medidas extraordinarias (…) para limitar la expansión del virus”, dijo el martes el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis.
Ya desde su primer muerto, el 12 de marzo, y con apenas 117 casos de covid-19, el gobierno griego impuso una serie de medidas drásticas: cierre de colegios, universidades, cines, teatros, y luego de museos y sitios arqueológicos, bares, restaurantes, comercios y hoteles.
Desde el domingo, los viajeros llegados del extranjero serán puestos en cuarentena durante 14 días, y las multas en caso de violación de las consignas se elevan hasta a 5.000 euros.
El viernes, una semana después de las primeras medidas, el nuevo coronavirus había causado ocho muertos y contaminado a 495 personas en Grecia, país de 10,7 millones de habitantes.
“Grecia ha adoptado medidas a tiempo, el ejemplo de la vecina Italia ha conmocionado a todo el mundo” explica a la AFP Kyriakos Suliotis, profesor de política de la Universidad del Peloponeso.
Al país no le quedaba otra opción que la de “reaccionar rápidamente antes de que se multipliquen los casos y los hospitales estén desbordados. Su sistema sanitario, con problemas crónicos, está muy debilitado tras la crisis de la deuda” (2010-2018), observa Penny Zorzu, especialista de enfermedades infecciosas de la isla de Chios.
“El objetivo es ganar tiempo con medidas severas para evitar la súbita multiplicación de casos de coronavirus” y evitar el “derrumbe” del sistema de salud, agrega Zorzu.
Durante la crisis, los recortes en los gastos públicos y la fuga al extranjero de miles de griegos, entre ellos numerosos médicos, han impactado duramente el sector público de salud que apenas se recupera.
“El país solo dispone de la mitad de la media europea de número de camas en las unidades de cuidados intensivos”, precisa Kyriakos Suliotis.
Los hospitales carecen de personal y de material sanitario esencial, y los expertos subrayan la escasez de tests para detectar el covid-19.
– “Bomba sanitaria” –
Mitsotakis aseguró que Grecia está “al inicio de una batalla que será difícil sobre todo en los dos próximos meses”.
El primer ministro ha criticado a los países “que han rehusado tomar medidas dinámicas” contra el coronavirus, en alusión al Reino Unido.
Pero Mitsotakis decidió muy rápido exhortar a los ciudadanos a que se “queden en casa” para “dejar más tiempo al sistema de salud para que se ocupe de los casos urgentes”.
Para compensar las lagunas del sector, el gobierno anunció la contratación por un período de dos años de 2.000 médicos y personal de hospital, así como la creación de 1.900 camas suplementarias en un hospital cerca de Atenas.
Otra preocupación para Grecia son las decenas de miles de migrantes ubicados en sórdidos campamentos. Una verdadera “bomba sanitaria” para el portavoz del gobierno Stelios Petsas, según el cual los riesgos de propagación del virus son más altos cuando los migrantes tienen libertad de desplazamiento.
De momento no se ha registrado ningún caso de coronavirus en los campamentos.
Pero se han impuesto restricciones esta semana sobre los desplazamientos de los refugiados, que solamente están autorizados a salir en pequeños grupos en períodos horarios definidos. Las visitas a los campamentos han sido reducidas al mínimo.
AFP
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