Una de las principales labores de Daniel Sancho en prisión es dedicarle varias horas al día a escribir un libro en el que contará en primera persona los mayores episodios que han marcado su vida, haciendo especial hincapié en el trágico suceso de la muerte de Edwin Arrieta.
Por larazon.es
En el aire quedan distintas incógnitas: ¿reconocerá públicamente que mantenía relaciones sexuales con el cirujano colombiano?, ¿seguirá insistiendo en que Edwin murió tras pelearse con él y que no tenía intención de asesinarle?, ¿contará con pelos y señales como es su vida en la cárcel?
Que sepamos, Daniel, al margen de su faceta literaria, ocupa su tiempo leyendo libros en castellano e inglés, estudia tailandés, hace mucho deporte, se relaciona poco con los otros presos, aunque tiene buena amistad con un reo austriaco, practica la disciplina de artes marciales, el Muay Thai… su conocimiento de ese tipo de artes le permitiría defenderse de posibles amenazas o intentos de agresión.
Como ya explicamos en otra ocasión, desde la Fundación +34, que ayuda a presos españoles encarcelados en distintos países, le recomiendan que se convierta en “un fantasma, que no se haga notar y que no se meta en líos. Y que tenga mucho cuidado con las mafias que controlan el centro penitenciario”.
Por el momento, que se sepa, Sancho no ha sufrido problemas en el recinto, y como cuenta con cierto dinero suele comer los platos que le traen desde el exterior. Confía ciegamente en sus abogados, tal y como nos desvela Carmen Balfagón, miembro del equipo jurídico que le defiende, y está convencido de que los recursos que van a poner sus letrados en los próximos días conseguirán rebajar su condena.
Su gran sueño es lograr que en pocos años pueda cumplir su condena en una prisión española. Un objetivo nada imposible, como ya se ha demostrado en casos similares al suyo.
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