Miles de personas protagonizaron el domingo las mayores protestas antigubernamentales en 27 años en Cuba, que se saldaron con decenas de detenidos/desaparecidos y enfrentamientos tras el llamado del dictador Miguel Díaz-Canel a sus partidarios a enfrentar a los manifestantes.
Poco acostumbrados a ver revueltas callejeras fuera de la tele y, menos aún, a policías usando porras, gases lacrimógenos o haciendo disparos al aire, los cubanos todavía digieren las históricas protestas del domingo contra el gobierno.
“Nunca había sucedido algo así”, asegura Yoelnis Pérez, de 35 años. “Me asombré, me asusté, porque fue algo masivo. En los 35 años que tengo no había vivido esa experiencia”, explica a la agencia AFP esta profesora de arte, que salía de la escuela de la Habana Vieja, donde trabaja, cuando notó un inusual trasiego de policías y patrullas por la zona.
Pero las miles de personas que, como Pérez, salieron a las calles, tienen distintos motivos para protestar.
Mal manejo de la pandemia
Cuba, uno de los países que sortearon con éxito la primera fase de la pandemia, está ahora sufriendo los embates de la segunda ola. El país, de unos 11 millones de habitantes, registra desde hace días récords de casos diarios y fallecidos por COVID-19.
Cuba notificó este lunes 6.423 nuevos contagios y acumula ya 244.914 casos y 1.579 fallecidos, 42 de ellos en la última jornada, según el parte diario del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
El régimen castrista insiste con que la falta de medicamentos, insumos y equipos necesarios contra la COVIDse debe al endurecimiento de las sanciones de EEUU, sin embargo, los profesionales consultados atribuyen el resurgimiento de casos al hacinamiento que se produce en los centros de aislamiento, en las colas cada vez más largas que la población hace para conseguir los productos básicos y en la apresurada reapertura de la isla al turismo extranjero.
La peor crisis económica en décadas
Cuba, además, se encuentra sumida en su mayor crisis económica en más de dos décadas, con un fuerte déficit en la balanza de pagos e incapaz de afrontar su deuda exterior. En 2020 el PIB se desplomó un 11%, su peor caída desde 1993.
La escasez de productos básicos, alimentos y medicinas, los rutinarios cortes de electricidad en algunas regiones y la generalización de tiendas de pago exclusivo en divisas motivaron las manifestaciones que estallaron primero en San Antonio de Los Baños (30 kilómetros al este de La Habana) y se extendieron luego a otras localidades, incluida la capital cubana.
Ante este escenario, el problema más acuciante es la escasez de medicamentos. Los profesionales consultados por Infobae denuncian que la falta de remedios e insumos no tiene precedentes, siendo peor incluso que la que se vivió durante la severa crisis que el país vivió tras el colapso de la Unión Soviética.
“Se jactan de decir que Cuba es una ‘potencia médica’, que para nada es real eso”, dice Manuel Guerra, un obstetra del Policlínico Buenaventura de Holguín.
Según el neurocirujano Alexander Pupo, la crisis comenzó mucho antes de la pandemia, aunque el covid “empeoró todo”. “La gente está desesperada”, afirma. “No hay ni siquiera analgésicos para aliviar el dolor de cabeza”.
El régimen también atribuye la escasez al embargo estadounidense vigente desde 1962, agravado por las 243 medidas que implementó el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, los expertos consultados aseguran que los problemas en la Salud se deben a que el gobierno de Migual Díaz-Canel decidió priorizar inversiones en el aparato represivo del Estado.
“Lo que destina a la fuerza represiva es más de lo que destina a medicamentos de producción nacional, que tampoco necesitas nada importado, hay fármacos fundamentales que se producían en la industria farmacéutica local y no se destina nada a ello”, dice Guerra.
Falta de libertades
El más reciente ejemplo de la represión del régimen cubano se vio reflejado en la interrupción del servicio de internet y de las redes sociales para evitar que los manifestantes puedan organizarse.
Cuba amaneció este lunes en una tensa calma, sin servicio de internet móvil y con fuerte presencia policial en las calles de La Habana. Redes sociales como Facebook y Instagram, y aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram no se pueden utilizar, según informó el sitio NetBlocks.
La imagen del día la protagonizaron las decenas de mujeres que se concentraron ante comisarías de policía como la de la calle Zanja, en La Habana, para indagar sobre el paradero de sus maridos, hijos y allegados arrestados o desaparecidos durante los sucesos del domingo.
¿Quién lidera el movimiento?
No hay un liderazgo definido. Ciudadanos cubanos de todos los sectores sociales se han sumado de forma espontánea y pacífica a las protestas organizadas y documentadas en las redes sociales, y de cuya organización el Gobierno culpa a Estados Unidos.
Días previos, un grupo de jóvenes independientes organizó una campaña virtual para recolectar donaciones y enviarlas hacia las regiones más golpeadas por la crisis sanitaria, como la provincia de Matanzas (occidente). Luego, se sumaron a las manifestaciones en las calles.
¿Qué dice el Gobierno?
El gobierno tilda de “mercenarios” y “lacayos” a los participantes en las “acciones de descrédito” como ha descrito las masivas protestas. El presidente Díaz-Canel respondió llamando a sus partidarios a salir a las calles para combatir las protestas.
En una intervención televisada hoy, negó la represión contra los manifestantes, pese a los vídeos que muestran una contundente actuación policial y múltiples denuncias de arrestos a manifestantes.
(Con información de AFP y EFE)
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