El representante en Brasil de la Unión Europea (UE), el español Ignacio Ybáñez, opinó que «ahora» es el momento de que el Gobierno brasileño presente datos positivos sobre la deforestación de la Amazonía, el mayor bosque tropical del planeta.
EFE
Ybáñez realizó estas declaraciones a Efe después de haber participado la semana pasada en un viaje por la Amazonía con una decena de embajadores extranjeros organizado por el Gobierno brasileño, internacionalmente criticado por no hacer lo suficiente en preservar el medio ambiente.
«La percepción general entre los embajadores es buena. Se valora el diálogo y lo complejo de la situación (dificultad de Brasil en controlar áreas remotas en la vasta Amazonía)», relató Ybáñéz.
De la mano del vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, y varios ministros, entre ellos el criticado Ricardo Salles, de Medio Ambiente, los representantes extranjeros visitaron varias zonas recónditas de la Amazonía durante tres días.
El objetivo del Ejecutivo brasileño era convencer a la comunidad internacional de su empeño en combatir la degradación y los incendios en esta región.
«El mensaje que hemos venido dando (al Gobierno brasileño) es que este compromiso político es importante, pero lógicamente ahora es tiempo de que las acciones tengan una traducción en los datos, en las cifras de deforestación, en el tema de combatir las ilegalidades», abundó.
El compromiso medioambiental de Brasil, cuestionado internacionalmente durante los dos años de gobierno del derechista Jair Bolsonaro, es uno de los puntos que está retrasando la aprobación final del acuerdo comercial entre la UE y el bloque del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay).
Ambas regiones necesitaron veinte años para alcanzar el pacto político anunciado en junio de 2019, que todavía precisa ser ratificado por los legislativos de los 27 países de la Unión Europea, por los cuatro del Mercosur y por el propio Parlamento Europeo.
MADERA DEFORESTADA
El alto representante del club comunitario en la UE contó que en esta visita se abordó el tema de la madera comercializada procedente de territorios ilegalmente deforestados.
En Brasil «tienen que hacer un esfuerzo grande con la madera, no puede ser extraída de lugares objeto de deforestación», anotó, al tiempo que reconoció que la UE, uno de los principales mercados compradores de esa madera, debe perfeccionar sus instrumentos para «investigar» la procedencia de las importaciones.
Ybáñez avisó de que aguardan los resultados del nuevo mecanismo de seguimiento que indaga el origen de la madera de la Amazonía brasileña, cambiado recientemente por el Gobierno brasileño.
«Hasta ahora, había un certificado, a través del Ibama (Instituto Brasileño del Medio Ambiente, regulador), que daba una cierta garantía al importador europeo. Ahora han dejado de emitirse porque se está poniendo en marcha otro, según nos dijeron más desarrollado: Sinaflor plus», refirió.
Por último, el embajador de la UE adelantó que los próximos datos de deforestación en la Amazonía «no van a ser muy positivos».
«Eso nos preocupa y así lo expresamos. Ellos (Gobierno brasileño) insisten que están en el buen camino, quizá no al ritmo que deberían o que querríamos, pero hay que seguir remando», cerró.
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