El bloqueo del plan elaborado por Hungría para su recuperación económica por la pandemia de coronavirus impediría que el país tenga acceso a los fondos del gigantesco plan adoptado por la UE.
El gobierno del primer ministro Viktor Orban se encuentra en el ojo del temporal a raíz de una legislación que entra formalmente en vigor el jueves y que en la UE se considera afecta de forma dramática a la población LGTB.
Orban y su gobierno ya eran el origen de preocupación en la Comisión Europea por las constantes denuncias de atropellos al Estado de Derecho, pero la nueva legislación tornó la discusión impostergable.
“Si Hungría no rectifica esta situación, la Comisión utilizará los poderes de los que dispone como guardián de los tratados”, afirmó Von der Leyen en una sesión del Parlamento Europeo en Estrasburgo (este de Francia).
En Budapest, una alta fuente del gobierno húngaro denunció una “campaña sin precedentes” de la UE contra ese país.
“Bruselas no está en condiciones de decir quién debería criar a los niños ni cómo”, declaró a la prensa Gergely Gulyas, jefe de gabinete de Orban.
“Poco importa que Bruselas quiera dejar entrar a los militantes LGTB en las guarderías y escuelas. Nosotros no oponemos”, agregó.
A raíz de la nueva normativa húngara, la Comisión puede abrir un procedimiento de infracción contra ese país por violación de la legislación europea, un paso drástico que puede dar lugar a una remisión del caso al Tribunal de Justicia de la UE y a sanciones financieras.
La Comisión ya envió una primera carta a las autoridades húngaras a fines de junio expresando las “preocupaciones legales” sobre la legislación adoptada el 15 de junio.
Las moderadas medidas de parte de la UE, sin embargo, deberán tener escaso efecto, ya que el bloqueo en el acceso a los fondos requiere unanimidad, mientras que Hungría y el también ultraconservador gobierno de Polonia tienen un pacto de apoyo mutuo.
Rechazo generalizado
El nuevo nudo del problema está en la nueva legislación húngara, presentada como un proyecto para proteger a los menores de edad pero que contiene enmiendas que combinan la pedofilia con la homosexualidad y vetan la “promoción de una identidad de género diferente de la de nacimiento, el cambio de sexo y la homosexualidad” a menores de 18 años.
“Europa nunca permitirá que se estigmatice a partes de nuestra sociedad, ya sea por sus seres queridos, por su edad, su origen étnico, sus opiniones políticas o sus creencias religiosas”, dijo Von der Leyen.
El tema tornó agrio el ambiente en la última cumbre de líderes europeos, realizada en Bruselas el 25 de junio, en que varios presidentes y primeros ministros recriminaron amargamente a Orban la nueva legislación.
La situación tiene consecuencias directas en el acceso a los fondos necesarios para que los países del bloque se recuperen de la pandemia.
Todos los países fueron convocados a presentar planes detallados sobre las reformas y las medidas que pretenden adoptar internamente para propiciar la recuperación, y esos planes deben ser aprobados por la Comisión Europea.
Por ello, ahora se multiplican las presiones para que la Comisión no acepte el plan presentado por Hungría.
El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, dijo este miércoles en Bruselas que las discusiones para aprobar el plan de 7.000 millones de euros de Hungría aún estaban en curso.
El proceso que conduce a la aprobación del plan incluye preguntas sobre el compromiso de Hungría de luchar contra la corrupción y garantizar la transparencia y la independencia de los tribunales.
En Estrasburgo, eurolegisladores de la mayoría de los grupos políticos apoyó explícitamente el discurso de Von der Leyen. Solamente los eurolegisladores de la ultraderecha ocuparon el estrado para defender al gobierno de Orban y la controvertida legislación.
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