Es una pequeña, casi imperceptible isla en el medio del Océano Pacífico. Viven en armonía y con sus propias reglas. O eso creían. Es que desde hace un año, Beijing generó tal dependencia que hasta les impidió continuar con sus históricos lazos que mantenían con Taiwán, el país democrático que sufre el constante bullying por parte de las autoridades del régimen chino.
La isla de Malaita pertenece al archipiélago que compone las Islas Salomón, que forman parte de la Mancomunidad Británica de Naciones o Commonwealth. Su gobernador, Daniel Suidani, llamó a un referéndum para determinar su debían separarse del conjunto de islas del país. ¿La causa? La dependencia que se generó en los últimos años con China. A tal punto que los aviones que llegan a las islas transportan más ciudadanos chinos que propios.
Pero eso no es lo único que preocupa a Suidani. Señaló que su población estaba libre de COVID-19 hasta que un vuelo trajo el primer caso. Un brote epidemiológico allí podría ser catastrófico entre sus 700 mil habitantes, teniendo en cuenta el pobre sistema de salud que tiene el país.
El gobernador ya solicitó al gobierno central de Honiara -la capital del país- que cesara con los vuelos provenientes de China, teniendo en cuenta que las islas estaban libres de coronavirus. Pero su primer ministro Manasseh Sogavare ni nadie escuchó y los arribos continuaron. Para Suidani, las autoridades nacionales estaban colocando su relación con Beijing por sobre el propio pueblo, además de sucumbir ante las exigencias del régimen. Inadmisible.
“Nuestra convicción es que la administración se ha vuelto tan obligada y endeudada con China que ya no puede proporcionar servicios esenciales para proteger la salud pública de sus ciudadanos. Es hora de que la gente de Malaita vea si todavía está dispuesta a ser parte de un país cuyo liderazgo se está volviendo dictatorial”, señaló Suidani en su inesperada convocatoria en declaraciones a CNN.
A tal punto es la dependencia de Sogavare con Beijing que incluso China está a punto de quedarse con una de las islas del archipiélago para explotarla a su antojo. Ese escandaloso acuerdo continúa pese a las protestas locales. El Fiscal General de las islas ordenó la rescisión del pacto para el arrendamiento de una isla entera a un desarrollador vinculado al estado chino.
El acuerdo firmado el mes pasado entre el gobierno central y China Sam Enterprise Group otorgó derechos exclusivos de desarrollo sobre Tulagi y sus islas circundantes. Para el fiscal general John Muria ese pacto era “ilegal, inaplicable y debe ser terminado con efecto inmediato”, de acuerdo a declaraciones tomadas de Radio New Zealand.
Islas Salomón reconocen a Taiwán hace casi 40 años, desde 1983. En los años posteriores, Taipei invirtió millones de dólares en el archipiélago, cuando nadie se fijaba en ellas y China todavía no se había desarrollado como la voraz potencia económica en la que se convertiría décadas después.
Pero China acelera su acoso diplomático con promesas de dinero fresco. Su política exterior más conocida. El régimen prometió que la relación entre el gigante y las pequeñas islas podrían ser mucho más valiosas. La cantidad de apoyo financiero que Beijing prometió para abandonar su vínculo con Taipei de hizo pública. Sin embargo Taiwán sí la conoce: 500 millones de dólares en inversiones, algo que para Islas Salomón representan un dinero imposible de atraer. Algo que para China representa monedas.
Incluso, para tentar más al gobierno de Sogavare, le regalaron un estadio que sería destinado a unos juegos del Pacífico que quedaron pospuestos por la pandemia. El primer ministro se alegró y renegó de su pasado: “Taiwán no nos es útil”. Las concesiones continuaron al extremo de permitir el arribo de aviones provenientes de China sin controles adecuados.
“Estamos arriesgando a toda la nación. Parece que el gobierno ejecutivo ya no escucha los llamados de los ciudadanos de este país”, denunció la organización no gubernamental Transparencia Islas Salomón. El clima interno en las islas se está enrareciendo. Y la comunidad china está viendo cómo las hostilidades aumentan.
“Cuando el gobierno ignora la ley, nos estamos moviendo hacia una zona de dictadura. Las Islas Salomón se está deslizando hacia el sistema de partido único de China, como hemos estado advirtiendo desde el principio”, señaló el comunicado en el cual se hizo el llamado al referéndum de independencia.
A pesar de la convocatoria, no está claro que Malaita pueda independizarse. El Ministerio de Fortalecimiento Institucional del Gobierno Provincial de las Islas Salomón advirtió que Suidani no tiene la autoridad legal para llamar a un referéndum. Además, aclaró que tiene la potestad para suspender cualquier gasto si no cree que sea de interés público.
Para analistas internacionales, la separación de Malaita del resto de las Islas Salomón significarían el final de la nación tal como se conoce. Representan un tercio de la población total y de su economía, pero además geográficamente está en el centro del archipiélago. También necesitaría un socio que pudiera darle empuje inicial a sus cuentas: ¿Taiwán querrá ser ese socio?
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