María Antonia Cuero Rentería tiene 122 años. Al menos eso dice su cédula: nació el 18 de octubre de 1901, en un caserío a orillas de la desembocadura del río Mayorquín, en Buenaventura, cuando el planeta aún no hablaba de guerras mundiales y la tecnología apenas alcanzaba para pensar en el primer carro con motor.
Eso poco le importa a esta abuela que nunca aprendió a leer ni escribir. Que es la más vieja de Colombia y que a su edad aún lava su propia ropa y no sabe lo que es usar pañales.
María Antonia camina lento, pero sin bastón. Es devota de San Antonio y de la Virgen del Carmen, disfruta de un buen viche, de la jardinería y tiene una memoria sin fisuras que la lleva, en cuestión de minutos, a los días en los que era una niña traviesa que entretenía los días a bordo de una canoa para “pianguar” (coger piangua, un molusco de manglar) y abrirse paso entre el monte con un machete en la mano.
Ríe con algo de ingenuidad cuando le preguntan cuál es el secreto para mantenerse en pie con más de un siglo a cuestas. Ni su hija Delcy Balanta lo sabe. “Es una cosa de genética. Mi mamá tuvo una prima hermana que vivió hasta los 106 años y casi todas las primas han pasado de los 90. Eso lo lleva en la sangre”, dice Delcy al otro lado de la línea.
“Y a este paso nos va a enterrar a todos…”. A lo mejor, se aventura a decir, es esa vida tranquila que María Antonia aprendió a construir, sin más preocupaciones que resolver la comida del día y disfrutar de los 10 hijos, 26 nietos, 24 bisnietos y 54 tataranietos que ha dejado como descendencia.
Pero esta abuela lo hace ver sencillo: el truco consiste en “comerse dos o tres bananos medio verdes y cocidos todos los días”.
La familia de María Antonia busca que esa hazaña de llegar a vieja “tan entera y feliz” quede en los Guinness Records. Porque hasta ahora, dicen, el récord lo tenía una francesa de 121 años.
Cada vez menos nacimientos
Lo cierto es que en Colombia historias como la de esta negra vallecaucana dejarán de ser exóticas. Es un país que envejece, principalmente porque los jóvenes, en una tendencia cada vez más creciente, no quieren tener hijos.
Y hay cifras: hoy en día, 14 de cada 100 colombianos son mayores de 60 años. De este porcentaje, 55,1 por ciento son mujeres y 44,9 por ciento, hombres. Hace una década, ese número llegaba a nueve. Y 38 años atrás, era siete. Esos datos ratifican que Colombia, como otros países de América Latina y el Caribe, está envejeciendo. Una realidad que les pone retos a los sistemas de salud, pensión y educación.
Las cifras fueron presentadas durante el foro ‘Colombia envejece’. Y las proyecciones apuntan, según el Dane, a que el país podría llegar a tener 10 millones de adultos mayores para 2031, lo que significaría un aumento del 41 por ciento frente a las cifras de 2021.
Es que en Colombia cada vez nace menos gente: En 2022 se reportaron en total 569.311 nacimientos, lo que significó una reducción del 7,7 por ciento frente al año inmediatamente anterior, cuando sumaron 616.914. “Una reducción histórica”, tal como lo apuntó en su momento el Dane, que, además, indicó que las estadísticas muestran que los números siguieron bajando en 2023, pues entre enero y octubre de ese año llegaron al mundo 428.355 colombianos.
Con ello, ya son siete años de desaceleración. Caldas, Nariño y Bogotá son las regiones donde menos se presentan nacimientos anualmente.
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