En las últimas semanas, ha comenzado a circular un impactante video de un asesinato en masa cerca de Mahibere Dego, en una zona montañosa del centro de Tigray (Etiopía) que muestra a soldados etíopes disparar a quemarropa a un grupo de hombres jóvenes desarmados, tomándolos de los brazos y piernas para luego arrojar o patear sus cuerpos desde una ladera rocosa como si fueran muñecos de trapo.
En las imágenes se puede escuchar a los soldados llamándose unos a otros a no desperdiciar balas, a usar la cantidad mínima necesaria para matar y a asegurarse de que ninguno de los miembros del grupo quede con vida. También parecieran animarse mutuamente, elogiando los asesinatos como actos heroicos e insultando a los hombres en su cautiverio.
La matanza masiva cerca de Mahibere Dego es una de las tantas que fueron denunciadas durante el conflicto que lleva cinco meses en Etiopía, en el cual se cree que miles de civiles fueron asesinados, violados y abusados. El periodismo está severamente restringido y los servicios telefónicos y de Internet son bloqueados con frecuencia.
A través de una investigación forense fotograma a fotograma de las imágenes de video, corroborada por el análisis de los expertos en modelado y verificación digital de Amnistía Internacional, así como entrevistas con 10 familiares y residentes locales, la cadena estadounidense CNN concluyó que hombres vestidos con uniformes del ejército etíope ejecutaron a un grupo de al menos 11 individuos desarmados antes de deshacerse de sus cuerpos cerca de Mahibere Dego.
Dawit, uno de los entrevistados por CNN, cree que uno de los hombres que aparece en el video es su hermano menor de 23 años, a quien vio por última vez con la misma ropa que se ve en en las imágenes en la casa de su madre en Mahibere Dego, el pasado 15 de enero. El video no tiene fecha, pero es probable que se haya filmado ese mismo día.
Dawit se encontraba en el campo cuidando su ganado cuando dijo que los soldados etíopes llegaron a la ciudad y fueron de puerta en puerta arrastrando a los jóvenes fuera de sus casas, incluido su hermano.
Según relató Dawit, las tropas le dispararon y debió correr hacia un arbusto para escapar, lo que le generó una lesión en la pierna mientras se apresuraba por adentrarse hacia un camino rocoso.
Hasta que vio el video, Dawit afirmó que no tenía idea de lo que le había sucedido a su hermano. Pero incluso después de ver las imágenes en innumerables ocasiones, aseguró que todavía tiene esperanzas de que Alula esté vivo.
“Dado que no vimos su cuerpo con nuestros propios ojos ni enterramos a nuestro hermano nosotros mismos, nos es difícil creer que está muerto. Se siente como si todavía estuviera vivo, no podemos aceptar su muerte”, expresó Dawit. “Siempre lo recordaremos”, añadió.
Después del ataque, Dawit huyó de Mahibere Dego con dos de sus hermanos adolescentes, cojeando 19 kilómetros hasta la casa de su hermano mayor en Axum. Cientos residentes desplazados de la ciudad y sus alrededores ahora duermen a la intemperie en las calles.
Dawit reveló que las únicas personas que siguen en la ciudad son aquellas demasiado mayores para hacer largas caminatas, incluida su madre, quien no tiene acceso a Internet ni televisión por satélite, por lo que no ha visto el impactante video del asesinato en masa.
Etiopía se enfrenta a una investigación exhaustiva por violaciones de derechos humanos que pueden constituir crímenes de guerra en su región de Tigray. Se cree que miles de civiles han muerto desde noviembre, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, lanzó una importante operación militar contra el partido gobernante de Tigray, el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), enviando tropas nacionales y milicianos de la región de Amhara en Etiopía.
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