La joven Liliana Trillos es del estado Monagas, situado en la región nororiental de Venezuela. La pasada semana llegó a Cúcuta, Colombia.
Hugo Alexander Echeverry Cano | Heider Logatto Cuadros | Voz de América
«Caminado, un poquito caminando, un poquito de cola (autoestop)», dijo a la Voz de América sobre la forma que consiguió para salir de su país, un día después de llegar a Cúcuta. En su pueblo quedaron sus tres hijos y los padres de Liliana, que viajó con su cuñada y un bebé de un año.
Explicó que quiere llegar a Ibagué, la capital del Departamento del Tolima, donde la esperan con un empleo. Llegar hasta allí desde Cúcuta le tomará unas 18 horas por carretera.
«Voy a trabajar para que mi familia pueda comer», dijo a la VOA, mientras era asistida en el Centro Humanitario Los Patios, uno de tres sitios similares que dan refugio temporal a los migrantes venezolanos que continúan saliendo del país en crisis.
«Estoy muy agradecida, me han atendido muy bien», explicó cubierta por un tapabocas, signo de estos tiempos. «Aquí dormimos, comemos, nos bañamos. Están pendientes de nosotros, (tenemos) médicos», agregó en alusión al centro con capacidad para unos 320 migrantes.
Miladis Gonzaga es una peluquera venezolana que fue acogida también en el Centro Humanitario Los Patios junto a un familiar enfermo que viajó con ella hasta Cúcuta. Quiere llegar a Bogotá para poder trabajar en su oficio.
«Venía caminando y me conseguí (encontré) a la Cruz Roja», dijo. El familiar que viajaba con ella tenía un dolor intenso en una pierna. «Le expliqué el caso de él, le enseñé la historia (clínica). Ella (una doctora) lo revisó, vió que él casi no podía caminar y me mandó hacia este refugio».
Tanto Liliana como Miladis se benefician de la labor conjunta que desempeñan la gobernación del Norte de Santander y unas 24 organizaciones internacionales que apoyan el plan para dar asistencia humanitaria a los migrantes venezolanos.
«Llegué acá por la situación que está pasando Venezuela. Me siento muy agradecida por los colombianos que nos han ayudado mucho acá a los venezolanos, en este refugio se han portado muy bien las muchachas con nosotros», dijo. En Cúcuta tiene un hijo y otros familiares. En Venezuela está su hija y otros cuatro parientes. «Casi toda mi familia está acá», recalcó.
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