Los guionistas de las series de intriga lo tienen fácil a la hora de inventarse enrevesadas tramas, solo necesitan fijarse en la urdimbre de cálculos e intereses y, más concretamente, de ambiciones desatadas en el seno de los partidos. En el seno del demócrata, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, de 62 años, ha protagonizado este viernes una carambola política al anunciar que aspira a gobernar el Estado, el mismo del que, con sus investigaciones, contribuyó a desalojar a su veterano correligionario Andrew Cuomo tras cinco meses de pesquisas por varias denuncias de acoso sexual. Para más inri, el anuncio de James se produce pocas horas después de que al político le cayera otra demanda por tocarle un pecho por la fuerza a otra mujer, en diciembre de 2020. La enésima desde que a comienzos de año empezó su descenso a los infiernos.
Un portavoz del defenestrado Cuomo no ha tardado en reaccionar al anuncio de la candidatura de James, asegurando que la fiscal usó su despacho oficial para ganar terreno e influencia política. El movimiento de James, además, supuestamente corrobora el alegato exculpatorio de Cuomo acerca de las investigaciones en su contra, que siempre ha considerado tenían una motivación política. Pero lo cierto es que, a un año de las elecciones para elegir a la máxima autoridad del Estado -Katy Hochul sustituye a Cuomo desde la dimisión de este en agosto-, las espadas demócratas no pueden estar más en alto.
Pioneras ambas en los respectivos puestos que ocupan en la actualidad, James y Hochul podrían no ser las únicas candidatas a la nominación demócrata. En las últimas semanas, el alcalde saliente de Nueva York, Bill de Blasio, y el defensor del pueblo Jumaane D. Williams, han mostrado también su intención de contender. Entre los demócratas cunde el temor de que unas primarias con demasiados participantes constituyan una oportunidad para que las rencillas entre las diferentes sensibilidades del partido eclosionen en una lucha abierta. Nuevamente, Nueva York como banco de pruebas del futuro del partido demócrata.
Porque detrás de cada uno de esos nombres hay teóricamente una corriente: la centrista, tras Hochul, de 63 años; la más progresista o izquierdista, tras Williams, y tras James, una mezcla de pragmatismo y posibilismo. La fiscal, conocida por su ofensiva legal contra la Asociación Nacional del Rifle (ANR, en sus siglas inglesas; principal lobby proarmas) y que también investiga al expresidente Donald Trump por irregularidades en sus negocios, comenzó su carrera política en el ayuntamiento y siguió como defensora del pueblo, en la órbita de una importante agrupación progresista dentro del Partido Demócrata, Working Families Party (partido de las familias trabajadoras); posteriormente ha ido girando hacia el centro, pero sin perder sus buenas relaciones con los sindicatos.
James se presenta como una “fuerza de cambio”, según el vídeo publicado hoy como anticipo de su programa. “Me postulo para gobernadora de Nueva York porque tengo la experiencia, la visión y la valentía para enfrentar a los poderosos en nombre de todos los neoyorquinos. Hagamos esto juntos”, explica James en la cuenta oficial de Twitter de la campaña. “He pasado mi carrera guiada por un principio simple: enfrentar a los poderosos en nombre de los vulnerables”, añadió. A la Administración de Trump, se jacta, la ha demandado “hasta 76 veces, pero (…) ¿quién lleva la cuenta?”, ha escrito en Twitter. James también ha demandado a las farmacéuticas responsables de la grave crisis de los opioides.
Según el diario The New York Post, la suerte del exgobernador Cuomo parece echada, siendo probable su detención la semana próxima. En paralelo a sendas investigaciones por los casos de acoso sexual, se cursó otra por la ocultación o maquillaje de datos sobre los fallecidos por covid-19 en las residencias de ancianos del Estado durante el último de sus tres mandatos consecutivos. Las acciones legales precipitaron en tiempo récord la caída del otrora todopoderoso y popular gobernador, que fue considerado un modelo de gestión de la pandemia. Cuomo renunció como gobernador en agosto tras 10 años y medio en el cargo. Lo hizo acorralado por las evidencias de que había acosado sexualmente a 11 mujeres. Con el caso abierto este jueves, son ya doce las denunciantes.
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