Angela Merkel y Emmanuel Macron terminaron el último consejo de ministros franco-alemán de la canciller exigiendo a Washington el «total esclarecimiento» del espionaje organizado por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, a través de los servicios especiales de Dinamarca, pinchando los teléfonos y los medios de comunicación oficiales y oficiosos de la canciller y muchas personalidades alemanas, francesas, suecas y noruegas en la era de Obama.
«El caso se remonta a hace años, entre 2012 y 2014. Si esa información es cierta, no es aceptable, y menos entre aliados europeos», declaró el presidente francés al final de un consejo de ministros virtual, en vídeo conferencia, entre París y Berlín, con participación de numerosos ministros. «Espero que el gobierno de Dinamarca aclare lo ocurrido», insistió la canciller.
A lo largo de dos horas muy cortas de diálogo, con mucha traducción forzosa, Merkel y Macron hicieron un balance muy voluntarioso del estado de las relaciones del antiguo motor empantanado de la construcción política de Europa, sin presentar nuevos proyectos, a cuatro meses de las próximas elecciones alemanas y once meses de las presidenciales francesas.
«Hemos sentado los fundamentos de la indispensable autonomía estratégica de Europa»
Macron hizo un balance muy positivo de su trabajo diplomático con Merkel: «Hemos sentado los fundamentos de la indispensable autonomía estratégica de Europa. Lanzamos el gran proyecto del futuro Sistema de Combate Aéreo del Futuro. Hemos combatido en común la pandemia. Contribuimos a lanzar el gran proyecto del fondo de recuperación europeo, a través del cual Europa podrá seguir avanzando. Los próximos meses nos dirán si necesitamos una mayor ambición para nuestras grandes políticas».
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