La policía registra las oficinas municipales de Setúbal mientras el presidente de la República pide una investigación exhaustiva en todo el país.
La guerra en Ucrania puede tener efectos secundarios a más de 4.000 kilómetros. Desde hace unas semanas, Portugal asiste a una tormenta política por la gestión de la acogida de los refugiados en algunas cámaras municipales, que han delegado la asistencia en manos de ciudadanos rusos afincados en el país. El principal foco de la crisis está en Setúbal (123.000 habitantes), gobernada en minoría por la Coalición Democrática Unitaria (CDU), una alianza electoral del Partido Comunista Portugués y el Partido Los Verdes, que ha dejado parte de la tramitación de la acogida en manos de la Asociación de Inmigrantes de Países del Este (Edinstvo), fundada por Igor Khashin, expresidente del Centro Cultural Ruso en Portugal, según reveló el semanario Expresso.
Esta mañana agentes de la Policía Judicial, que depende de la Fiscalía General del Estado, realizaron registros en las dependencias municipales de Setúbal, donde se recibe a los desplazados de la guerra y donde Khashin y su esposa, Yulia Kashina, contratada por la Cámara Municipal de Setúbal antes de la invasión rusa, atendieron a unos 160 ucranios desde el inicio del conflicto. Varios desplazados aseguraron que les fotocopiaron sus documentos y les solicitaron información sobre ellos y los familiares que seguían en Ucrania. La prensa portuguesa señala que Khashin tiene buenas relaciones con el Kremlin. En 2014 defendió la anexión de la península de Crimea por Rusia y también fue el año que organizó en Lisboa un encuentro de emigrantes rusos en Europa.
La noticia saltó tras la alerta lanzada en una entrevista en abril por la embajadora de Ucrania en Portugal, Inna Ohnivets, sobre la infiltración de rusos en los programas de atención de refugiados de varias localidades. A pesar de que Portugal es el país europeo más alejado de Ucrania, desde el inicio de la crisis ha recibido a más de 34.000 personas, según datos del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF). El presidente de la Asociación de Ucranios en Portugal, Pavlo Sadoka, considera que estas anomalías ocurren en varias ciudades lusas, además de Setúbal. Sadoka envió una carta a la Administración portuguesa informando de “conexiones sospechosas que podrían servir para recoger informaciones y datos personales, que luego serían facilitados a la Embajada rusa”.
El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha solicitado que se investigue a fondo en todo el país la red de acogida a refugiados para evitar que sus datos puedan acabar en manos indeseadas. Algunas investigaciones de la Administración están ya en marcha en diferentes organismos como la Comisión Nacional de Protección de Datos o el Servicio de Extranjeros y Fronteras, que tenía un acuerdo de colaboración con la asociación de Khashin que ahora se ha suspendido.
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