Era 1992 y Venezuela la estrella. Le correspondió a Carlos Andrés Pérez hacer la presentación en Davos, Suiza. A Pérez y a su equipo de ministros. Y a Davos viajaron banqueros y empresarios. Venezuela estaba en el centro del mundo. Como ahora. Pero por otras razones.
Por Juan Carlos Zapata / KonZapata
Juan Guaidó fue a Davos y ya habló. Guaidó es el presidente de la Asamblea Nacional y Presidente Encargado reconocido por más de 50 países. Guaidó es el dirigente de mayor jerarquía que interviene en el Foro Mundial de Davos después de aquel encuentro prodigioso que se convirtió luego en el fatídico 4 de febrero de 1992.
Guaidó ha puesto a Venezuela otra vez en Davos. Y Venezuela está en el foco mundial. Y Guaidó también. Pero Venezuela no es la estrella. Venezuela es otra cosa. ¿Torcida? ¿Al revés?
Antes que Guaidó, Carlos Andrés Pérez. Líder de talla mundial. Y cuyo gobierno, que arrancó en 1990, había colocado a Venezuela en el foco global. Por ello Pérez estaba en Davos. Y en buena medida, Guaidó estuvo hoy en Davos por las consecuencias de ese febrero de 1992.
Es una historia que no acaba. Un empresario le dijo a otros en diciembre en Madrid: “Si yo hubiera sabido que el chavismo iba a durar tanto me meto a chavista desde el principio”. Todos le rieron la gracia. Y sin embargo, miraron hacia atrás. Hacia aquellos tiempos. Más allá de dos décadas.
Porque hubo ese tiempo en que la estrella era Venezuela. El exministro de Cordiplan, Miguel Rodríguez, radicado por cierto en Ginebra, Suiza, recuerda que el PIB venía de crecer 10% en 1991. Que la crisis de balanza de pagos estaba resuelta. Que ya se había suspendido el programa con el FMI, el que hizo posible una de las reestructuraciones económicas más impresionantes de la historia reciente. Se había privatizado la CANTV en 1991. La Bolsa de Caracas batía récord. Los niveles de confianza eran elevados. Y Carlos Andrés Pérez era el líder político más importante de América Latina. Y Pérez destacaba a pesar de que en la cita mundial había otro invitado de lujo, Nelson Mandela, que luchaba por el cambio en Sudáfrica.
Los ojos del mundo estaban puestos en Venezuela. Para el gobierno, para el sector privado, para el país, la reunión de Davos fue todo un éxito. Y el equipo de Pérez proyectaba lo que iba a ser ese país en el futuro. Y así lo entendían los asistentes. “Se estaba en un despegue extraordinario”, señala Miguel Rodríguez. “Nos íbamos a convertir en un país petrolero rico”. La proyección de crecimiento del PIB para 1992 era de 13%. “El único detalle fue el golpe”, señala Miguel Rodríguez. El golpe de Hugo Chávez que cambió la historia.
Guaidó ha puesto a Venezuela otra vez en Davos. Y Venezuela está en el foco mundial. Y Guaidó también. Pero Venezuela no es la estrella. Venezuela es otra cosa. ¿Torcida? ¿Al revés?
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