La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, no titubeó cuando se enteró de que el Tribunal Supremo iba a permitir que se restringiera el derecho al aborto. Su pregunta, «¿Cómo se atreven?», encapsuló la rabia de millones de mujeres y la situó como líder en una lucha que aún está lejos de resolverse.
Beatriz Pascual Macías / EFE
Era el 3 de mayo de 2022 y Harris se disponía a dar un discurso ante Emily’s List, una poderosa organización dedicada a promover las campañas políticas de mujeres favorables al aborto. El día anterior, el diario Politico había filtrado una sentencia que mostraba la intención del Supremo de acabar con las protecciones federales a ese derecho.
«¿Cómo se atreven?», clamó Harris cambiando el tono de su discurso e inyectándolo de rabia e indignación.
«¿Cómo se atreven a decirle a una mujer qué puede hacer o no con su propio cuerpo? ¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreven a intentar impedir que decida sobre su propio futuro? ¿Cómo se atreven a negar a las mujeres sus derechos y sus libertades?», exclamó con indignación Harris, dirigiéndose sin reservas a la derecha estadounidense.
Esas tres palabras, «¿Cómo se atreven?», las agregó Harris al texto del discurso poco antes de pronunciarlo, dijo a EFE un alto funcionario de la Casa Blanca.
Con esa expresión, pronunciada con pasión, Harris se erigió como la mejor portavoz del Gobierno del presidente Joe Biden en defensa de los derechos reproductivos.
Este mismo sábado será la encargada de pronunciar un discurso en Carolina del Norte para marcar el aniversario de la decisión de la mayoría conservadora del Tribunal Supremo, que eliminó las protecciones federales al aborto y devolvió a los estados la facultad de prohibir o limitar ese derecho.
Según dijo a EFE la estratega demócrata Lanae Erickson, una de las razones por las que Harris ha asumido ese papel de liderazgo es porque Biden, quien es católico, nunca se ha sentido cómodo hablando del aborto.
Durante gran parte de su carrera, el presidente fue una de las voces más conservadoras dentro del Partido Demócrata en ese tema, llegando incluso a oponerse al uso de fondos federales para financiar abortos. Sin embargo, tras el fallo del Supremo, ha defendido el derecho de las mujeres a elegir.
Harris, en cambio, estaba destinada a ser una figura destacada en este asunto.
No solo representa a las mujeres como la primera en ocupar la Vicepresidencia, sino que también siente de una manera muy personal las implicaciones que las restricciones al aborto tienen para millones de estadounidenses, explicó Erickson, quien previamente trabajó en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017).
Esta semana, durante una mesa redonda en la cadena MSNBC, la propia Harris compartió la historia de su mejor amiga en el instituto, quien había sido víctima de violación por parte de su padrastro.
Cuando Harris se enteró de los abusos, instó a su amiga a mudarse con ella. De inmediato llamó por teléfono a su madre e hizo los arreglos necesarios para que la amiga pudiera irse a vivir con ellas.
Si la amiga de Harris se hubiera quedado embarazada ahora, no habría tenido la opción de abortar en 15 de los 50 estados de EE.UU., debido a que dichos estados han promulgado leyes que limitan o prohíben el aborto, sin excepciones para casos de violación o incesto.
Marcada por esa experiencia, Harris decidió que su misión en la vida iba a ser proteger a aquellos que, al igual que su amiga, habían sufrido abusos tan atroces. Y esa fue la razón por la que acabó trabajando como fiscal, relató a EFE una alta funcionaria de la Casa Blanca.
Harris fue elegida fiscal de distrito en San Francisco, cargo que ocupó entre 2004 y 2011, y entre ese último año y 2017 ejerció como fiscal general de California.
En 2016 logró un escaño en el Senado y rápidamente se destacó por sus preguntas incisivas a miembros del Gobierno de Donald Trump (2017-2021), así como a dos jueces nominados por él para el Tribunal Supremo, entre ellos Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales.
Especialmente, Harris saltó a la fama por sus preguntas a Kavanaugh. Durante una de las audiencias para confirmarle en el cargo, la ahora vicepresidenta pilló por sorpresa al juez al preguntarle si podía mencionar «alguna ley que otorgara al Gobierno el poder de tomar decisiones sobre el cuerpo de un hombre».
La respuesta de Kavanaugh fue contundente: «No, no puedo pensar en ninguna ahora». Harris se contuvo una media sonrisa.
La ahora vicepresidenta evoca en sus discursos ese intercambio con Kavanaugh y, sin cortarse, recrimina a la derecha sus intentos por controlar los cuerpos de las mujeres, arrebatándoles una libertad de la que los hombres sí gozan.
Con una claridad de la que muchos carecen, Harris ha señalado repetidamente a los republicanos por arrebatar derechos a las mujeres.
El derecho al aborto fue uno de los temas centrales en sus mítines durante las elecciones legislativas de 2022, donde los demócratas cosecharon un resultado mejor de lo esperado, en parte precisamente por la preocupación de muchos estadounidenses en torno al derecho al aborto.
De cara a las elecciones de 2024, según anticipan sus asesores, el mensaje de Harris en defensa del aborto solo seguirá ganando fuerza.
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