El presidente del Organismo Supervisor de Inversión en Minería y Energía de Perú (Osinergmin), Daniel Schmerler, renunció este martes al cargo, en medio de las críticas que recibió esa institución tras la deflagración, hace 12 días, de un camión con gas que ya deja 23 fallecidos.
* EFE*
En su carta de renuncia, enviada al presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, y reproducida por medios locales, Schmerler señala que el organismo estatal «cumplió todas las labores de supervisión que establece el marco normativo de su competencia».
El funcionario sostuvo que «la causa de la tragedia fue la indebida manipulación de la válvula interna de seguridad del camión cisterna siniestrado» por personal de la empresa propietaria.
Sin embargo, su dimisión se conoció poco después de que representantes del Frente Amplio de izquierdas pidieran en una reunión con el presidente Martín Vizcarra su «remoción» del cargo, por considerar que su «responsabilidad política», y la del Ministro de Transportes, «no puede ser pasada por alto».
PROBLEMÁTICA DEL GAS EN PERÚ
Schmerler aseguró en su carta de renuncia que la solución a los problemas de transporte de gas en Perú «trasciende a Osinergmin» y es una tarea multisectorial, aunque añadió que renuncia para salvaguardar la imagen del organismo.
«Mi paso al costado en el cargo del presidente del Consejo Directivo lo hago en aras de velar por la institucionalidad de Osinergmin, la cual he defendido siempre durante mis 15 años como funcionario público de este organismo», sostuvo.
La tragedia se produjo cuando un camión cisterna cargado de gas sufrió una fisura al pasar por un gran bache entre dos avenidas en el distrito de Villa El Salvador, en el sur de Lima, lo que propició la fuga del combustible, que unos minutos después se tornó en una enorme lengua de fuego que asoló una manzana entera ante el pánico de vecinos y curiosos en la zona.
Además de dejar, en un primer momento, más de cincuenta heridos, la mayoría con graves quemaduras, y una víctima mortal, el fuego destruyó tres viviendas, automóviles y motos aparcados en las cercanías y causó serios daños en otras 14 casas.
EL ACCIDENTE DEJA 23 VICTIMAS MORTALES
Casi dos semanas después de la deflagración, las víctimas mortales subieron a 23, entre las que figura un venezolano, mientras que las autoridades peruanas siguen sin señalar a algún responsable directo de la tragedia.
La última víctima, según el reporte del Ministerio de Salud (Minsa), fue que una mujer de 65 años que murió este lunes en el Hospital de Emergencias de Villa El Salvador, donde era atendida de quemaduras en el 45 % del cuerpo.
Además de reportar siete menores de edad entre los fallecidos, las autoridades señalan que 22 personas aún permanecen en varios hospitales de Lima, entre ellas un hombre que tiene el 99 % del cuerpo quemado y un niño de 7 años con el 95 % de quemaduras.
UN ACCIDENTE SIN RESPONSABLES
A pesar de la gravedad del accidente, que ha dejado a decenas de familias damnificadas por la destrucción y afectación de sus viviendas, las autoridades aún no determinan las responsabilidades.
Un informe del Osinergmin indicó que el camión cisterna estaba certificado y cumplía los requisitos para transportar material peligroso, tras lo cual aseguró que la causa de la fuga del gas «se originó por el impacto contra un desnivel de la pista que no cumplía los estándares técnicos correspondientes».
Sin embargo, el diario El Comercio señaló este fin de semana que constató que el vehículo había sido modificado, ya que hasta 2011 fue un furgón y en 2013 se le colocó un tanque para gas.
El chófer del vehículo, un hombre de 72 años, sobrevivió al accidente y esta semana fue liberado tras ser interrogado por la Policía, luego de que un tribunal rechazara un pedido de la Fiscalía para que se ordene su prisión preventiva mientras es investigado por la presunta comisión del delito de homicidio culposo.