El expresidente brasileño Jair Bolsonaro recibió el alta médica este viernes, después de haberse sometido a dos cirugías, una de ellas para corregir problemas causados por la puñalada en el abdomen que sufrió en 2018.
El líder de la ultraderecha, de 68 años, dejó el Hospital Vila Nova Star de São Paulo sin dar declaraciones, limitándose a saludar a una veintena de seguidores que le esperaban a la puerta del centro médico.
El pasado martes fue hospitalizado para realizarse una endoscopia digestiva, para tratar una hernia de hiato, y una cirugía para corregir un desvío del tabique nasal, operaciones que fueron realizadas de manera satisfactoria.
A la puerta del hospital se concentraron varios seguidores del líder de la ultraderecha, que oraron por la salud del exmandatario, y afirmaron que luchan para tratar de que vuelva al poder.
«El pueblo no quiere otro presidente. Queremos a Bolsonaro. Tenemos certeza de que hubo un fraude, que Lula no ganaría (las elecciones), quien ganó fue Bolsonaro y vamos a luchar hasta el fin para el regreso de Bolsonaro», dijo a EFE Helenice Bueno, una numeróloga y tarotista que estaba concentrada ante el hospital.
Esta es la sexta cirugía a la que Bolsonaro se somete en la región abdominal para tratar los problemas que le causó la puñalada que recibió durante un mitin en septiembre de 2018, durante la campaña para las elecciones presidenciales que acabó ganando.
La hospitalización del capitán retirado del Ejército, que dejó el poder el pasado 31 de diciembre, coincidió con el agravamiento de sus problemas con la Justicia brasileña.
Bolsonaro ha tenido que acudir dos veces a la Policía Federal en las últimas semanas para declarar por dos casos en los que es investigado.
Uno de ellos investiga la supuesta apropiación indebida de joyas que recibió como regalos de Estado y el otro, su presunta participación en una trama golpista promovida por empresarios afines a grupos de extrema derecha.
Igualmente es investigado como posible inductor del intento de golpe de Estado del 8 de enero, cuando miles de sus seguidores asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema, causando cuantiosos destrozos en los tres edificios.
El Tribunal Supremo condenó este jueves a penas de entre 17 y 14 años de cárcel a los tres primeros imputados por ese asalto multitudinario, que tuvo lugar una semana después de la investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien derrotó a Bolsonaro en las elecciones de 2022.
Los tres condenados, que son los primeros en ser juzgados de una lista de 1.390 acusados, fueron hallados culpables de crímenes como golpe de Estado y abolición violenta del Estado democrático de derecho, entre otras imputaciones. EFE
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