Israel continuó el jueves sus bombardeos contra la Franja de Gaza, devastada después de más de seis meses de guerra y convertida en un «infierno humanitario», según el jefe de la ONU, Antonio Guterres.
AFP
La guerra entre Israel y el movimiento palestino Hamás amenaza con expandirse al resto de Oriente Medio, que se sitúa «al borde de un precipicio» tras el intercambio de hostilidades entre el Estado hebreo e Irán.
El conflicto fue objeto de debate en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Estados Unidos vetó una propuesta de resolución de Argelia para que «el Estado de Palestina sea admitido como miembro de Naciones Unidas».
El movimiento Hamás en el poder en Gaza y la Autoridad Palestina, que ejerce competencias limitadas en Cisjordania ocupada, criticaron el veto estadounidense a la resolución, que contó con 12 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones.
Aunque defiende la solución de dos Estados, Washington considera que esta debe ser el resultado de un acuerdo entre los palestinos e Israel y no de una votación de la ONU.
En esa sesión, Guterres advirtió que «Oriente Medio está al borde de un precipicio» tras la «escalada peligrosa» en la región y denunció el «infierno humanitario para los civiles» en Gaza.
Al menos 33.970 personas han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, hace más de seis meses, según el ministerio de Salud de ese territorio palestino, gobernado por Hamás.
El conflicto se inició el 7 de octubre, con una incursión de milicianos islamistas que mataron a unas 1.170 personas en el sur de Israel y secuestraron a unas 250, según un recuento de AFP en base a datos oficiales israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares.
Tras un canje de rehenes por presos palestinos durante una tregua de una semana a fines de noviembre, 129 personas siguen cautivas en Gaza, 34 de las cuales habrían fallecido, según las autoridades israelíes.
– Restos «despedazados» –
Testigos reportaron nuevos bombardeos en la noche en Jan Yunis y Rafah, en el sur de la Franja.
«Recuperamos los restos de 12 personas» de entre los escombros de una casa golpeada, declaró Abdeljabar al Arja en Rafah, ciudad donde se hacinan 1,5 millones de personas, en su mayoría desplazadas por la guerra.
«Había mujeres y niños, hemos encontrado brazos y pies. Todos fueron despedazados. Es horrible», exclamó.
Los bombardeos también alcanzaron el campo de Al Mawasi, cerca de Rafah, donde hay miles de tiendas de campaña de desplazados.
Por su parte, el ejército israelí indicó que en las últimas horas atacó decenas de «objetivos» en Gaza, incluyendo «terroristas, puestos de observación y estructuras militares».
Las negociaciones indirectas sobre una tregua en Gaza, vinculada a la liberación de los rehenes, llevan meses estancadas, e Israel y Hamás se acusan mutuamente de bloquearlas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene como meta la destrucción de Hamás y está decidido a lanzar una ofensiva terrestre contra Rafah, que describe como el último gran bastión del movimiento islamista.
– «Al borde de una guerra» –
La guerra también ha exacerbado las tensiones en la región entre Israel y sus aliados, como Estados Unidos; y Hamás y sus partidarios, como Irán o el movimiento libanés Hezbolá.
«Estamos al borde de una guerra en Oriente Medio que sacudirá al resto del mundo», advirtió el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell.
Israel manifestó ya varias veces su determinación de responder al ataque de Irán del sábado, pese a que la casi totalidad de los 350 drones y misiles lanzados por la República Islámica fueron interceptados, con ayuda de Estados Unidos y otros países.
Sin embargo, la red israelí Kan indicó que Netanyahu desistió de lanzar bombardeos en represalia después de discutirlo con Joe Biden, que intenta evitar una confrontación directa entre Israel e Irán.
«Habrá una respuesta, pero será diferente de la planeada inicialmente», declaró un alto funcionario al canal bajo condición de anonimato.
Teherán afirmó que llevó a cabo ese ataque en represalia por el bombardeo de su consulado en Damasco, atribuido a Israel, en el que murieron siete miembros de los Guardianes de la Revolución.
El canciller iraní declaró que su país aseguró a Estados Unidos que no busca «una expansión de las tensiones» con Israel.
Un alto cargo militar iraní advirtió no obstante que la República Islámica está preparada para lanzar «potentes misiles» contra instalaciones nucleares de Israel en caso de ataque.
En respuesta al ataque de Teherán, Estados Unidos y Reino Unido impusieron sanciones contra el «programa de drones, la industria siderúrgica y los fabricantes de automóviles de Irán», indicó el Departamento del Tesoro estadounidense.
El presidente estadounidense, Joe Biden, espera que las medidas permitan que la República Islámica «rinda cuentas».
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