El huracán Laura continúa ganando fuerza rápidamente. Por la tarde del miércoles se alcanzó la categoría 4, lo que implica que será aún más potente de lo previsto anteriormente, mientras su ojo sigue acercándose hacia Texas y Luisiana, golpeando con sus vientos y lluvias gran parte del Golfo de México.
Las imágenes satelitales mostraban que Laura se ha convertido en “un huracán tremendo” en las últimas horas, amenazando con arrasar viviendas y anegar comunidades enteras.
Ha tenido una intensificación notable “y no hay indicios de que vaya a detenerse pronto” mientras avanza sobre las cálidas aguas del centro del Golfo de México”, explicó el miércoles temprano el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
“Algunas zonas, cuando se despierten el jueves por la mañana, no van a creer lo que pasó”, pronosticó el especialista en huracanes Stacy Stewart.
“Podríamos ver alturas de marejadas ciclónicas de más de 15 pies (4,5 metros) en algunas áreas”, dijo Stewart. “Lo que no sea derribado por el viento podría ser derribado fácilmente por las crecientes aguas del océano que avancen tierra adentro”.
Laura creció casi un 70% en potencia en apenas 24 horas para alcanzar la categoría 4, con vientos máximos sostenidos de alrededor de 185 km/h ( 115 mph ) el miércoles por la mañana. Estaba a unos 450 kilómetros (280 millas) de Lake Charles, Luisiana, moviéndose hacia el noroeste a 24 km/h (15 mph).
Ahora se esperan vientos máximos de 209 km/h (130 mph) antes de que el ojo del huracán toque tierra, haciendo que el agua de mar se adentre en tierra firme sobre una zona de más de 724 kilómetros (450 millas) de largo en costa de Estados Unidos, desde Texas hasta Mississippi.
“Sigan el consejo de las autoridades locales. Si les dicen que se vayan, ¡váyanse! Su vida depende de ello hoy”, dijo Joel Cline, coordinador del programa tropical del Servicio Nacional de Meteorología. “Es un día grave y deben escucharlo”.
Se emitieron alertas por huracán desde San Luis Pass, Texas, hasta Intracoastal City, Luisiana. También había advertencias por marejada ciclónica desde Port Arthur, Texas, hasta la desembocadura del río Mississippi.
Un huracán de categoría 4 puede provocar daños tan catastróficos que los cortes de electricidad podrían durar semanas y posiblemente meses. “La mayor parte de la zona estará inhabitable por semanas o meses”, dijo la agencia meteorológica. Eso planteará un nuevo desafío a los equipos de socorro para gobiernos desde federales a locales que ya pasan problemas para hacer frente a la pandemia de coronavirus.
En la evacuación más grande en Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus, más de medio millón de personas recibieron el martes la orden de desalojar la costa del Golfo de México cerca del límite entre los estados de Texas y Luisiana antes de la llegada de Laura, incluyendo las ciudades texanas de Beaumont, Galveston y Port Arthur, y las zonas bajas de Calcasieu y Cameron, en el suroeste de Luisiana, donde los meteorólogos dijeron que la marejada ciclónica coronada por olas podría sumergir comunidades enteras.
“Cameron Parish será parte del Golfo de México durante un par de días, según este pronóstico”, advirtió dijo Donald Jones, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Lake Charles, Luisiana, que está cerca de la trayectoria que se espera que siga el huracán. “Esperamos cortes de electricidad generalizados, árboles derribados. Habrá daños en casas y negocios”, agregó.
En Galveston y Port Arthur, muchas personas abordaban autobuses hacia Austin y otras ciudades tierra adentro. “Si deciden quedarse, se quedarán solos”, dijo el alcalde de Port Arthur, Thurman Bartie.
Ante el temor a que los residentes no se marchen a tiempo, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, dijo que quienes estén en el suroeste de su estado tienen que llegar al lugar donde van a esperar el paso de Laura antes del mediodía del miércoles, cuando comenzarán a notarse los efectos del meteoro.
Las autoridades instaron a la gente a quedarse con familiares o en habitaciones de hotel para evitar la propagación del COVID-19. Los autobuses contaban con equipos de protección y desinfectante, y trasladarán a menos pasajeros para mantener la distancia social, señalaron las autoridades de Texas.
El huracán supone también una amenaza para un importante centro energético del país. De acuerdo con el gobierno, el 84% de la producción de petróleo del Golfo y cerca del 61% de la de has natural se pararon. Cerca de 300 plataformas han sido desalojadas.
Aunque los precios del petróleo suelen dispararse antes de la llegada de un gran huracán por la ralentización de la producción, el descenso de la demanda a causa del coronavirus podría evitar las alzas en esta ocasión.
Laura pasó sobre Cuba luego de causar la muerte de 20 personas en Haití y de otras tres en República Dominicana, donde provocó cortes de electricidad y fuertes inundaciones.
Por JEFF MARTIN, JOHN MONE y STACEY PLAISANCE (Associated Press)
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