La Policía disparó este martes gases lacrimógenos para dispersar a los cientos de hongkoneses que se concentraron en el centro de la ciudad para conmemorar el primer aniversario del inicio de las protestas prodemocráticcas, pese a la prohibición de reunirse más de ocho personas por la pandemia de coronavirus.
Infobae
Centenares de personas comenzaron a congregarse a última hora de la tarde local en el distrito Central el día que se cumplió un año de la primera gran manifestación contra el proyecto de ley de extradición, ahora retirado, y que se convirtió en un hito decisivo del movimiento antigubernamental durante meses el pasado año.
Las protestas de conmemoración se iniciaron al mediodía, cuando cientos de personas se concentraron en centros comerciales durante la hora del almuerzo, mientras coreaban consignas antigubernamentales y desplegaban pancartas.
“Estamos luchando por unos derechos humanos fundamentales, poniendo en riesgo nuestras vidas, nuestros puestos de trabajo, siendo oprimidos por un régimen totalitario”, aseguró C.M., una de las participantes, que prefirió solo ser nombrada por sus iniciales.
La Policía instó a los residentes a no participar en reuniones no autorizadas, ya que las normas de distanciamiento social a causa de la pandemia de coronavirus siguen vigentes y limitan las congregaciones a un máximo de ocho personas.
El lugar de concentración, un suspenso
Al caer la tarde, un centenar de personas se concentró en el Chater Garden en el distrito de Central, desde donde marcharon a lo largo de las calles Queen’s y Des Voeux, en las que se fue uniendo más gente y donde los manifestantes cortaron el tráfico.
Los participantes atendieron las llamadas de redes sociales para reunirse en varios distritos de la ciudad, aunque los lugares exactos fueron anunciados sólo una hora antes de las acciones previstas para eludir el control policial.
Los activistas pidieron a los concentrados que encendieran las linternas de sus teléfonos móviles para expresar que “el pueblo de Hong Kong no ha renunciado a las cinco demandas”, mientras que otros abrieron sus paraguas en un acto simbólico para recordar la resistencia de los manifestantes.
En un comunicado, la Policía hongkonesa advirtió de que las concentraciones serían declaradas ilegales por tratarse de asambleas no autorizadas. Durante las concentraciones de hoy, los agentes izaron varias veces una bandera azul para advertir de que se trataba de una asamblea ilegal, antes de disparar gases lacrimógenos para dispersarlas.
Hace hoy justo un año, un mar de gente con camisetas blancas -el color que inicialmente definió el movimiento, antes de ser sustituido por el negro- salió a las calles Causeway, Wan Chai y el Almirantazgo para oponerse al proyecto de ley propuesto por el Gobierno local.
Centenares de miles de personas participaron en esa marcha, aunque una semana después, el 16 de junio, se celebró una manifestación todavía mayor que congregó a cerca de un millón de asistentes y marcó un hito en la historia de las movilizaciones en la ciudad desde que fue devuelta por el Reino Unido a China en 1997.
Desde que comenzaron las protestas en Hong Kong en junio de 2019, un manto de penumbra e incertidumbre encapota el centro financiero y la situación se mantiene poco alentadora y compleja.
La conocida como Perla de Oriente ha experimentado un año de agitación política, económica y social, y las secuelas de las protestas vividas han hecho mella.
Grupos a favor de la democracia y manifestantes han llenado los últimos días las redes de llamamientos para que las marchas retomen la ciudad y “florezcan en todas partes”, al tiempo que se han instado unos a otros a “mantenerse a salvo y evitar el arresto”.
Asimismo, asociaciones de estudiantes se han movilizado y sindicatos han anunciado planes para celebrar un referéndum el próximo domingo sobre si convocar una huelga general contra la ley de seguridad nacional aprobada el mes pasado.
“No más tolerancia”
La jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, aseguró hoy que “no puede permitirse tolerar más el caos que ha asolado la ciudad en los últimos 12 meses, con protestas antigubernamentales que han sumido a la ciudad en la confusión”.
Afirmó que los residentes necesitan «probar que son ciudadanos razonables y sensatos de la República Popular China, si quieren que sus libertades y autonomía continúen»
En la actualidad, los manifestantes se encuentran en una encrucijada y sus filas, antes sólidas, se han reducido drásticamente y se encuentran bastante debilitadas.
«Marchamos en 2019 para evitar que nos impongan una sola ley peligrosa y opresiva y conseguimos bloquearla. En 2020, el Gobierno de Hong Kong ha tomado represalias impulsando otras dos leyes , el proyecto de ley del himno y el próximo proyecto de ley de seguridad nacional», explicó a Efe un conocido activista en las redes que firma bajo el seudónimo de «Ermitaño de Hong Kong» o el Comandante.
El principal órgano legislativo de China, la Asamblea Nacional Popular (ANP), aprobó por abrumadora mayoría una ley de seguridad nacional para Hong Kong, que ha sido entendida por abogados y activistas locales como una amenaza a las libertades de la ciudad.
La ley prohibirá «cualquier acto de traición, secesión, sedición y subversión» contra el Gobierno central, además del «robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras», términos que el Ejecutivo chino ha utilizado anteriormente para frenar a la disidencia.
Estrategia policial más organizada
El diputado por el Partido Cívico de Hong Kong Alvin Yeung dijo a Efe que el texto legal “restringirá las libertades básicas, ya que las críticas a Pekín podrían ser censuradas, a juzgar por la forma en que la ley pertinente se aplica y practica en el continente”.
Desde hace un año, los enfrentamientos entre manifestantes y policías se han convertido en rutina y han provocado el cierre de tiendas, el vaciamiento de los hoteles, la cancelación de clases en instituciones educativas o la suspensión de festivales de música, arte y gastronomía.
Según la prensa local, entre junio de 2019 y el 29 de mayo de este año la Policía arrestó a 8.981 personas de entre 11 y 84 años.
Al menos trece de ellas han sido encarceladas entre siete días y cuatro años por delitos que van desde la posesión de armas en un lugar público hasta daños a la propiedad y disturbios.
La pandemia de coronavirus supuso un parón a las protestas, ya que se introdujeron medidas de distanciamiento social que prohíben reuniones de más de ocho personas.
A medida que los casos de coronavirus han ido disminuyendo en las últimas semanas, algunos manifestantes han comenzado a reagruparse.
Sin embargo, con la excepción de una protesta masiva de Año Nuevo y la reciente vigilia de Tiananmen, las reuniones en 2020 han sido muy reducidas y rápidamente sofocadas por una fuerza policial que emplea una estrategia más organizada de anticipación.
Con información de EFE/Mar Sánchez-Cascado
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.