Hombres equipados con armas de fuego y explosivos atacaron este domingo una iglesia católica en la región de Ondo, en el suroeste de Nigeria, y mataron a numerosos fieles, según el gobierno y la policía.
AFP
El ataque tuvo lugar durante la misa matutina en la iglesia católica de San Francisco en la localidad de Owo, situada en el suroeste del país, una región en que resultan poco habituales los atentados yihadistas y de bandas criminales.
Tras la matanza, el papa Francisco lamentó la muerte de «decenas de fieles, entre ellos numerosos niños, durante la celebración del Pentecostés», la fiesta cristiana que celebra la venida del Espíritu Santo, indicó su servicio de prensa en un comunicado.
«Mientras los detalles del incidente se aclaran, el papa Francisco reza por las víctimas y por el país, dolorosamente afectados en un momento de celebración», añadió.
Las autoridades nigerianas no han suministrado hasta el momento un balance preciso de la matanza.
«Aún es pronto para decir cuántas personas murieron. Pero numerosos fieles perdieron la vida y otros resultaron heridos», dijo a AFP Ibukun Odunlami, portavoz de la policía en la región de Ondo.
Según ella, los asaltantes entraron a la iglesia con armas de fuego y explosivos.
Abayomi, testigo del ataque que no dio su apellido, explicó que al menos 20 fieles fueron asesinados: «Pasaba por el barrio cuando oí una fuerte explosión y disparos en el interior de la iglesia».
Dijo que pudo ver al menos cinco hombres en el interior del templo antes de escapar hacia un lugar seguro.
El gobernador del estado de Ondo, Oluwarotimi Akeredolu, urgió en un comunicado a las fuerzas de seguridad a que encuentren los autores de este «ataque ruin y satánico».
Numerosos focos de violencia
De momento, se desconocen los responsables y las motivaciones del ataque, descrito por el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, como «un asesinato odioso de fieles»
El atentado ocurre justo antes de que su partido, el APC, lance sus primarias para designar un candidato para las elecciones presidenciales de 2023, que supondrán el fin del mandato de este antiguo comandante militar.
La seguridad es un importante reto en el país más poblado de África y la mayor economía del continente.
Los ataques contra los lugares religiosos son especialmente sensibles y aumentan la tensión en Nigeria, mayoritariamente cristiana en el sur y musulmana en el norte.
De todos modos, este tipo de acciones no son habituales en el suroeste, normalmente exento de la violencia que sacude otras partes del país.
En cambio, desde hace 12 años, las fuerzas de seguridad enfrentan una insurrección yihadista en el noreste del país, mientras que grupos criminales cometen secuestros multitudinarios en el noroeste y el centro y en el sureste operan grupos separatistas.
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