El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este miércoles sentirse «horrorizado por el asesinato de Shireen Abu Akleh», la periodista palestina de Al Yazira muerta hoy por un disparo en la cabeza en Yenín cuando cubría una incursión del ejército israelí.
EFE
Guterres, sin acusar a Israel ni apuntar a la autoría del disparo, pidió «a las autoridades competentes llevar a cabo una investigación transparente» sobre los hechos y «garantizar que los responsables rindan cuentas», en un comunicado emitido por su portavoz Farhan Haq.
Precisamente hoy mismo, en la sede de Naciones Unidas, el embajador palestino Ryad Mansur pidió una investigación internacional independiente sobre lo sucedido, y rechazó que esa investigación sea llevada a cabo por Israel porque «los criminales no se pueden investigar a sí mismos».
Sin embargo, Guterres no anunció ninguna acción concreta de la ONU al respecto y repitió una frase expresada decenas de veces de su «condena de todos los ataques y asesinatos de periodistas, subrayando que los periodistas nunca deben ser el blanco de la violencia y que los trabajadores de los medios deben poder trabajar con libertad y sin acoso, intimidación ni miedo».
Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como la dirección de Al Yazira en Catar han responsabilizado a los soldados israelíes de la muerte de la conocida periodista, de 51 años, mientras que el Gobierno israelí acusa a palestinos armados de ser los autores del disparo mortal, aunque después el Ejército israelí ha matizado y dicho que aún no se puede determinar quién disparó a la reportera.
Cuestionado en una conferencia de prensa sobre por qué la ONU no ha hecho ninguna referencia a la autoría del disparo, el portavoz Farhan Haq dijo que la organización prefiere esperar a que haya resultados de una investigación.
El Ministerio de Salud palestino y la Media Luna Roja confirmaron desde primera hora de la mañana la muerte de Abu Akleh y apuntaron como causa a disparos de las fuerzas de seguridad israelíes, que también habrían herido en la espalda a otro periodista, Ali Samudi, quien trabaja para el medio palestino Al Quds y cuya condición es estable.
Tanto Abu Akleh, que trabajaba para Al Yazira desde comienzos de la Segunda Intifada, como Samudi iban debidamente identificados como prensa y protegidos con chalecos y casco mientras cubrían una redada israelí en la Cisjordania ocupada.
Abu Akley era un rostro enormemente popular en todo el mundo árabe por sus coberturas en primera línea de todo lo sucedido en Palestina y los enfrentamientos con las fuerzas de ocupación israelíes, habiéndose convertido en una de las periodistas más reconocidas de todos los reporteros de Al Yazira.
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