El gobierno de Guatemala dijo que respeta la decisión de la Corte Suprema estadounidense de permitir la aplicación de restricciones al asilo de migrantes pese a que afecta a miles de guatemaltecos que huyen del país por la violencia y la pobreza.
En un mensaje a la prensa emitido la noche del jueves el gobierno dijo que “Guatemala es respetuosa de la soberanía, la legislación interna y la decisión que el gobierno de Estados Unidos tome en materia de asilo o para regular los flujos migratorios en su país”.
La Corte Suprema de Estados Unidos dio luz verde el miércoles al gobierno del presidente Donald Trump para aplicar una nueva normativa que deniega el asilo a casi todos los migrantes que lleguen a su frontera sur, lo que podría propagar la desesperación entre los migrantes centroamericanos.
La medida empezó a aplicarse el jueves y un portavoz de la agencia del Departamento de Seguridad Nacional que se ocupa de los casos de asilo dijo que la política será retroactiva al 16 de julio.
La nueva política permite denegar el asilo a cualquier migrante en la frontera sur que no haya pedido esa protección en alguno de los países por los que transitó durante su viaje a Estados Unidos.
Los migrantes que llegan por tierra a Estados Unidos desde países como Honduras, Guatemala y El Salvador ya no podrán pedir asilo, lo mismo que cualquier africano, asiático o sudamericano que trate de ingresar a suelo estadounidense a través de México.
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Amnistía Internacional cuestionó la decisión en un comunicado de prensa y dijo que podría ser una condena a muerte para las personas que buscan seguridad. “Esta prohibición de asilo se basa en una ideología del odio y la xenofobia y no se puede permitir”, dijo Charanya Krishnaswami, directora de incidencia en las Américas de Amnistía Internacional.
La organización humanitaria agregó que ha documentado los peligros que afrontan las personas solicitantes de asilo, no sólo en sus países de origen sino también en sus viajes. “En el pasado, hemos constatado que solicitantes de asilo procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras que se identifican como LGBTI afrontan un enorme riesgo de sufrir abusos sexuales, violencia y daños en su viaje hacia el norte. Esta prohibición podría obligar a personas que se identifican como LGBTI a buscar protección en lugares en los que afrontan un gran riesgo de sufrir daños”.
A su vez explicó que ha comprobado que el sistema de asilo de México no está bien preparado para dar respuesta al número de personas que podrían verse obligadas a buscar protección en ese país y que halló evidencia de que “lejos de brindar seguridad a quienes solicitan asilo, el gobierno mexicano a menudo detiene a esas personas y las deporta a lugares donde corren peligro”.
La cancillería guatemalteca dijo que “reitera su compromiso de brindar la protección consular necesaria a nuestra población migrante y continuar la labor diplomática para minimizar los impactos derivados de la implementación de dichas medidas y que cada guatemalteco tenga acceso a sus derechos y a un trato digno”.
Hasta el 4 de septiembre el gobierno estadounidense había deportado a 37.788 guatemaltecos, entre adultos y menores, que ingresaron de forma irregular a su territorio.
AP
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