Los grandes medios norteamericanos critican a Facebook por su doble discurso en torno a las minorías: mientras respaldan la lucha contra el racismo y la discriminación, se convirtieron en la principal plataforma para la desinformación y propagación del odio.
“A veces es difícil de recordar, pero las redes sociales alguna vez funcionaron como una herramienta para los oprimidos y marginados. En la Plaza Tahrir de El Cairo, por ejemplo, los activistas utilizaron Twitter y Facebook para organizar manifestaciones y difundir sus mensajes”, acusa con nostalgia Kevin Roose en The New York Times. “Pero en los últimos años, un movimiento reaccionario de derecha ha cambiado el rumbo. Ahora, algunas de las voces más fuertes y establecidas en estas plataformas pertenecen a comentaristas conservadores y provocadores pagados cuyo objetivo es burlarse y subvertir los movimientos de justicia social, en lugar de apoyarlos”, crítica el diario más influyente del país.
En el artículo, el Times recuerda que mientras las protestas estallaban en todo EEUU en respuesta al asesinato policial de George Floyd, el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, escribió un largo post denunciando los prejuicios raciales y proclamando que “las vidas de los negros importan”. Sin embargo, acusa, “si bien estas muestras de apoyo pueden haber sido bien intencionadas, no borran la forma en que los propios productos de de la compañía han sido exitosamente armados por racistas y provocadores partidistas, y están siendo utilizados para socavar Black Lives Matter y otros movimientos de justicia social”. Y dispara: “Es como si los jefes de McDonald’s, Burger King y Taco Bell se unieran para luchar contra la obesidad haciendo donaciones a una cooperativa de veganos, en lugar de reducir las calorías de sus alimentos”.
Para el New York Times, el resultado es una visión distorsionada del mundo que está en desacuerdo con el sentimiento público real. “La mayoría de los americanos sí apoya el Black Lives Matter, pero nunca conocerán esta información si sólo se informan con redes sociales”.
Para graficar el poder de odio que tienen las plataformas como Facebook, el Times revela que el mismo día que Zuckerberg publicaba su sentido mensaje, el post más popular en la red social fue un video de 18 minutos publicado por la activista de derecha Candace Owens. En el video, la Owens, que es negra, se queja de las protestas, asegura que es una “falsa narrativa” que la policía norteamericana tenga prejuicios raciales e, incluso, se burla de Floyd a quien llama “horrible ser humano”. Su monólogo tuvo casi 100 millones de visitas.
Owens es una “agresora serial” en las redes sociales, conocida por difundir información errónea. Su cuenta de Twitter fue suspendida este año después de que animara a sus seguidores a violar las órdenes de quedarse en casa durante la pandemia. “Pero aún puede insultar a las víctimas de asesinatos policiales con impunidad para su audiencia de casi cuatro millones de seguidores en Facebook”, ironiza NYT.
Lo mismo pasa con otros comentaristas conservadores de alto perfil como Terrence K. Williams, Ben Shapiro y los Hodgetwins, todos los cuales han tenido publicaciones anti-Black Lives Matter en las últimas semanas.
“No se resuelve con prohibir a gente como Owens, pero en este momento de tensiones raciales, estos ejecutivos le deben a sus empleados, a sus usuarios y a la sociedad en general examinar las fuerzas estructurales que están empoderando a los racistas en Internet, y qué características de sus plataformas están socavando los movimientos de justicia social que dicen apoyar”, exige el diario neoyorquino.
Y sentencia: “No parecen ansiosos por hacerlo”.
En la misma línea se expresó The Wall Street Journal, que días atrás volvió a denunciar este doble discurso al publicar un estudio interno de Facebook que revela que el 64% de las personas que se unieron a grupos extremistas en la plataforma lo hicieron porque los algoritmos de recomendaciones de Facebook los llevaron hasta allí. “Estos datos fueron una daga al corazón de una pregunta que persigue a Facebook casi desde su fundación: ¿Su plataforma agrava la polarización y el comportamiento tribal? La respuesta, en algunos casos, fue sí”; afirma WSJ.
Para el medio norteamericano, la red social elige no combatir estos problemas: “En esencia, Facebook está bajo fuego por hacer que el mundo esté más dividido. Podría mitigar muchos de los problemas… pero la compañía eligió no hacerlo”.
Facebook podría haber respondido a estas denuncias apagando las recomendaciones de los grupos por completo, o deteniéndolas hasta que se pudiera asegurar que el problema se había arreglado. En cambio, enterró el estudio y siguió adelante.
Como resultado, los grupos de Facebook continúan siendo útiles para los extremistas violentos. Esta semana, apunta NYT, dos miembros del movimiento de extrema derecha “boogaloo”, que quiere desestabilizar la sociedad y provocar una guerra civil, fueron acusados por el asesinato de un oficial federal en una protesta en Oakland, California. Según los investigadores, los sospechosos se reunieron y discutieron sus planes en un grupo de Facebook. Y aunque Facebook ha dicho que excluiría a los grupos de boogaloo de las recomendaciones, todavía aparecen en muchos feeds de los usuarios.
Para Wire, “los grupos de Facebook están destruyendo Estados Unidos”. En un durísimo artículo, Nina Jankowicz y Cindy Otis denuncian que la “intimidad de la comunicación individual o con unos pocos amigos” que pregona Facebook son explotados por malos actores, extranjeros y nacionales, para difundir información falsa y conspiraciones. “La dinámica de los grupos a menudo refleja la de las aplicaciones de mensajería. La gente comparte, difunde y recibe información directamente de y hacia sus contactos más cercanos, a los que suele ver como fuentes fiables. Así, los extremistas crean perfiles o personajes falsos adaptados a los intereses de los públicos en los que pretenden infiltrarse. Esto les permite sembrar su propio contenido en un grupo y también reutilizar su contenido para su uso en otras plataformas”.
Para mitigar estos problemas, afirman en su columna en Wire, Facebook debería aumentar radicalmente la transparencia en torno a la propiedad, la gestión y la pertenencia a los grupos. “Sí, la privacidad era el punto, pero los usuarios necesitan las herramientas para entender la procedencia de la información que consumen. En primer lugar, Facebook necesita examinar más cuidadosamente cómo se clasifican los grupos y las páginas en el sitio, asegurándose de que sus etiquetas reflejen con precisión el contenido compartido en esa comunidad”.
En el sistema actual, explican, el propietario de una página elige su categoría -Cocina, Sólo por diversión, etc.- que luego aparece en los resultados de búsqueda de esa comunidad y en su página principal. “Una página que comparte exclusivamente contenido divisivo o político puede ser categorizada como Blog Personal, para escapar del escrutinio añadido que podría venir con una etiqueta más explícitamente política. Tales descriptores deberían ser más específicos y aplicarse de manera más consistente. Eso es especialmente importante para grupos o páginas con decenas de miles de miembros o seguidores”, exigen.
Además, piden que Facebook facilite la detección cuando varios grupos y páginas son administrados por las mismas cuentas. “De esa manera, el usuario medio puede identificar fácilmente los esfuerzos concertados para inundar la plataforma con un contenido particular”.
Boicot
El jueves pasado una de las agencias de publicidad digital más importante de EEUU, 360i, envió un correo a sus clientes. A todos les pidió lo mismo: que evalúen seriamente sumarse al boicot motorizado por grupos de derechos civiles contra Facebook. La compañía, entre cuyos clientes se encuentran el fabricante de especias McCormick & Co, Discover Financial Services y el gigante de bienes de consumo Unilever PLC, “cree que cualquier plataforma social que obtenga beneficios amplificando las voces de su comunidad debe tener una política de cero tolerancia al odio”, según el texto difundido por The Wall Street Journal. “Apoyamos a #StopHateforProfit y su llamado a la acción de julio”, afirmaron.
North Face, la empresa de indumentaria, se convirtió en el primera de grandes dimensiones en anunciar su apoyo al boicot. La campaña #StopHateforProfit , y su gran respaldo, pone en debate como nunca antes el papel de las redes sociales.
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