Distribuidores mexicanos de gas protestaron este miércoles contra el Gobierno por el nuevo tope máximo al precio del combustible y la creación de la empresa pública de Gas Bienestar, por lo que advirtieron de un posible nuevo paro de labores.
EFE
Con consignas como «Por ti estamos sin empleo» y «Se quiere quedar con el sustento de nuestras familias», cientos de miembros del Gremio Gasero Nacional marcharon contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el centro de la capital mexicana.
«No es justo que él, que acaba de llegar al Gobierno, nos quiera desaparecer, no es justo. Pueblo de México, exigimos que se nos devuelvan nuestros salarios», exclamó uno de los líderes de la marcha sin identificarse.
La manifestación ocurre una semana después de una huelga de dos días que distribuidores de gas del centro de México habían iniciado porque la Comisión Reguladora de Energía (CRE) limitó los precios máximos para vender gas L.P. (licuado de petróleo) a los usuarios.
Los gaseros interrumpieron el paro después de que el presidente amenazó con denuncias penales a quienes interrumpieran el suministro, que ha afectado en particular al Valle de México, en la capital, y otros estados aledaños.
Apenas este martes, un día antes de la nueva manifestación, López Obrador agradeció a los empresarios «porque cumplieron».
«Sí hubo una disminución del precio, y esto ayuda, y eso es lo más importante, a la economía popular, eso es lo principal», sostuvo en su rueda de prensa matutina.
Sin embargo, este miércoles el Gremio Gasero Nacional y la Unión de Gaseros del Valle de México, que agrupan a más de 16.000 repartidores, retomaron las calles para denunciar que han bajado sus ingresos.
Aunque en un principio descartaron un nuevo paro, al asegurar que solo buscaban el diálogo, después advirtieron de una posible suspensión de actividades con el argumento que el precio fijado por el Gobierno no les permite solventar sus gastos de operación.
«No tenemos contemplado hacer un paro a corto plazo porque tenemos la esperanza de ser escuchados. Queremos diálogo y todo lo que hagamos será pacífico», declaró a los medios José Adrián Rodríguez, líder del Gremio Gasero Nacional.
Pero agregó que si el precio cae «no hay garantía de llevar el suministro a los hogares».
Los gaseros avanzaron hasta el Zócalo, frente al Palacio Nacional, con la esperanza de un diálogo con el Gobierno.
El conflicto es un nueva batalla por el control del sector energético de López Obrador, quien anunció la creación de un órgano público, llamado Gas Bienestar, que prevé suministrar este combustible a un «precio justo» dentro de tres meses.
Desde que llegó al poder en 2018, López Obrador tiene una encrucijada con las firmas energética privadas, a las que acusa, entre otros asuntos, de haber «saqueado» a las estatales Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Petróleos Mexicanos (Pemex).
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