La ciudad rusa de San Petersburgo albergó este sábado el funeral de los 14 tripulantes muertos en el incendio de un submarino el pasado lunes, cuyas circunstancias no precisó el Kremlin.
Los oficiales murieron en el mar de Barents el lunes, pero el accidente no se hizo público hasta un día después. El gobierno ruso declaró que los detalles de la tragedia constituyen un “secreto de Estado”.
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Moscú no confirmó que el sumergible funcionaba con energía nuclear hasta el viernes.
El funeral, cerrado a la prensa, tuvo lugar en el cementerio Serafimovskoye de San Petersburgo, en medio de fuertes medidas de seguridad.
“Tienen que comprender que la identidad de la mayoría de la gente aquí reunida es secreta y que no deben mostrarse sus rostros”, indicó a la AFP un representante del Ministerio de Defensa.
Un periodista de la AFP vio a 14 vehículos con ataúdes entrando en el cementerio.
“Esto es una pena enorme”, declaró una mujer vestida de negro que esperaba a que empezara la ceremonia. Portaba una corona funeraria en la que se leía “de tus amigos y compañeros de clase”.
Algunos ciudadanos de San Petersburgo acudieron a las puertas del camposanto para expresar sus respetos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, condecoró con honores a las 14 víctimas a título póstumo.
Las autoridades aportaron pocos detalles del accidente, limitándose a indicar que los marinos cumplían una misión de entrenamiento cerca de la costa.
El viernes, el Ministerio de Defensa confirmó que el submarino funcionaba con energía nuclear y que el fuego se generó en el compartimento de baterías, pero que no afectó al reactor nuclear.
AFP