Venezuela está aumentando su producción y exportación de carbón a países europeos, según cifras y datos de seguimiento de embarcaciones, mientras busca nuevas fuentes de divisas en medio de las estrictas sanciones estadounidenses destinadas a presionar la salida de Nicolás Maduro.
Las exportaciones de carbón de Venezuela se triplicaron a 310.000 toneladas el año pasado, generando casi 40 millones de dólares, luego que Washington sancionara a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), de acuerdo con información de Comtrade, o la base de datos de comercio de la ONU.
Este año, las exportaciones de carbón van camino a superar esa cifra. Los envíos hasta junio fueron 365.000 toneladas, que generaron 37 millones de dólares, señalaron los datos.
El aumento de las exportaciones muestra cómo la nación OPEP ha encontrado nuevas fuentes de ingresos en el exterior después de las sanciones de Estados Unidos a industrias como el petróleo y el oro, en los últimos dos años, y cómo va adaptándose a esas restricciones en la medida que surgen.
Ni el Ministerio de Información de Venezuela ni la empresa estatal de carbón, Carbozulia, respondieron a las solicitudes de comentarios sobre el aumento en los envíos o sus clientes.
Si bien las crecientes exportaciones de carbón no se acercan a cubrir los miles de millones de dólares en ingresos petroleros perdidos, las modestas fuentes de divisas, son una bendición en la lucha de Maduro por mantenerse en el poder.
Las ventas de divisas de las empresas públicas al Banco Central de Venezuela alcanzaron los 477 millones de dólares a septiembre de 2020, mientras que en 2014 sumaron 40.000 millones de dólares.
Reino Unido, que no reconoce al gobierno de Maduro y tiene sanciones limitadas contra Venezuela, fue uno de los principales destinos de las exportaciones de carbón. Recibió 23,6 millones de libras (unos 30,83 millones de dólares) de carbón venezolano hasta julio de 2020, frente a 13,2 millones de libras en 2019 y ninguna en 2018, según su Oficina de Estadísticas Nacionales.
Una carga que salió del puerto de Maracaibo, en el noroeste de Venezuela, a mediados de marzo con destino a Belfast fue comprada por Lissan Coal Company, una unidad de LCC Group, según un documento del puerto venezolano visto por Reuters.
LCC Group, con sede en Cookstown, Irlanda del Norte, no respondió a las llamadas y correos electrónicos en busca de comentarios. El Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido tampoco respondió a una solicitud de comentarios.
Si bien las sanciones estadounidenses no mencionan explícitamente el carbón, sí amenazan con sancionar a cualquier empresa que se considere que ha “ayudado materialmente” al gobierno.
Peter Harrell, experto en sanciones en el Departamento de Estado bajo el mandato del expresidente Barack Obama, dijo que probablemente le da a Estados Unidos la autoridad legal para expandir las sanciones al sector del carbón, pero es poco probable que sancione a los compradores europeos sin previo aviso.
“Sería muy inusual que el gobierno de Estados Unidos sancionara a una empresa que comercializa carbón venezolano sin antes sancionar específicamente a la empresa estatal exportadora de carbón”, agregó Harrell.
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