El objetivo de EEUU en Venezuela es lograr la salida de Nicolás Maduro para devolver la democracia al país. De ahí las sanciones personales y económicas impuestas por Washington. Sanciones que de momento no han dado frutos pues Maduro sigue en el poder. Pero hay que ser pacientes. Mantener la presión puede ser efectivo a largo plazo, recomendó Daniel Fried, coordinador de la Política de Sanciones de Estados Unidos entre 2013 y 2017.
Por Daniel Gómez – ALnavío
Daniel Fried, de 68 años, es uno de los diplomáticos más reconocidos de Estados Unidos. Tras haberse desempañado como embajador en Polonia, subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, enviado especial en Guantánamo, terminó trabajando para los presidentes Barack Obama y Donald Trump como coordinador de Política de Sanciones de EEUU.
Fried se retiró en febrero de 2017 de la Casa Blanca tras 40 años de servicio para convertirse en uno de los analistas habituales del Atlantic Council, uno de los centros de política internacional más prestigiosos del mundo. En su último informe, Fried analiza país por país la política de sanciones empleada por Trump, y lanza una serie de recomendaciones al presidente electo, Joe Biden. También en el caso de Venezuela.
Objetivos ambiciosos
El diplomático afirma que el plan de sanciones de Trump sobre Venezuela “es uno de los más ambiciosos”. Más que el planteado inicialmente por Obama en 2015. Y más incluso que los que el actual gobierno de EEUU ha aplicado en China, Rusia e Irán.
Lo dice porque Trump se decidió firmemente a terminar con el mandato de Maduro para que Venezuela inicie un proceso de transición que desemboque en elecciones libres y democráticas. Una estrategia que no sólo fue apoyada por demócratas y republicanos en EEUU, sino también por la Unión Europea, Canadá y buena parte de América Latina.
Aunque las sanciones contra los funcionarios chavistas comenzaron en 2015 con Barack Obama, Trump fue un paso más allá: incrementó las sanciones personales, impuso restricciones económicas a todo aquel que hiciera negocios con el gobierno de Maduro y cercó el sector petrolero venezolano, aunque todavía empresas estadounidenses como Chevron tienen licencia para operar en el país.
La resistencia de Maduro
Pese a todo, pese a los ambiciosos objetivos de Washington, pese al apoyo internacional recabado y pese a las sanciones, Maduro sigue en el poder. ¿Es esto un fracaso? Daniel Fried no lo piensa así. De hecho, recomienda a Biden continuar con la estrategia de sanciones.
“El cambio de régimen es un objetivo que no se consigue fácilmente”, apuntó Fried.
“En el caso de Venezuela el régimen de sanciones puede ser sostenido durante un largo periodo de tiempo. A diferencia de por ejemplo Irán, Estados Unidos no actúa por libre en Venezuela. Cuando aplica sanciones, estas no generan fricciones entre sus aliados. Así que mantener el rumbo sobre Venezuela, sean cuales sean las probabilidades de éxito a corto plazo, puede ser una decisión práctica”, explicó.
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