Los últimos tres años, Hanni Meier (82) ha vivido en la ciudad alemana de Colonia solo acompañada por su perro, Yipsi. Las paredes de su sala de estar están repletas de fotos de sus seres queridos, recuerdos de tiempos pretéritos. Su esposo, que tiene demencia, está ahora en un hogar de ancianos, luego de que se volviera muy difícil para ella cuidar de su salud.
Por www.dw.com
En octubre, después de que el recinto confirmara un caso de coronavirus, le dijeron a Meier que no podría volver a visitar a su marido. Para ella, la noticia fue especialmente dura, porque no tiene familiares ni amigos cerca de casa. Su único hijo murió de un ataque cardíaco hace dos años. “Para mí la pandemia ha sido y sigue siendo un momento especialmente complicado, porque estoy completamente sola”, dijo a DW.
Ancianos no son los más solitarios
Desde que comenzó la pandemia, estudios realizados en Reino Unido, Estados Unidos, Austria y los Países Bajos han demostrado que los adultos mayores son quienes más sufren con los niveles de soledad desatados por la crisis sanitaria. A los médicos les preocupa el tema porque la gente solitaria tiende a morir antes. Con el tiempo, este aislamiento puede provocar problemas de salud como depresión, ansiedad, alcoholismo o empeorar las funciones cerebrales. Esto puede derivar en daños al sistema inmune y cardiovascular de las personas.
Antes del confinamiento, unos 30 millones de adultos europeos se sentían solos, según la Comisión Europea, y 75 millones veía a amigos y familiares solo una vez al mes. Si bien a menudo se piensa que los ancianos son el grupo demográfico más solitario, estudios de la CE afirman que no están más solos que otros grupos etarios, aunque sí confían más en las actividades grupales para conectarse con otras personas, como coros o grupos de caminata. Y muchas de estas actividades se han suspendido durante el confinamiento, explica Rose Kenny, profesora de medicina gerontológica en el Trinity College de Irlanda. “Estar encerrado en la casa, especialmente si vives solo, sin ninguno de tus compromisos rutinarios ni el contacto humano al que estabas habituado, sin duda impactará en la salud mental y emocional”, dice la experta.
Elegir la compasión
En Frome, una ciudad inglesa de 30.000 habitantes en el condado de Somerset, los médicos tratan de enfrentar la soledad informando a la comunidad acerca de los grupos y servicios de ayuda disponibles. Tres años después de que el proyecto empezara, Frome registró un descenso del 14 por ciento en las admisiones hospitalarias no planificadas entre abril de 2013 y diciembre de 2017. Mientras, la región circundante vio un aumento en las admisiones cercano al 29 por ciento.
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