El Departamento de Estado de los Estados Unidos aseguró que el gobierno cubano sabe que es “lo que debe hacer” para seguir con las remesas en la Isla: sacar a los militares del negocio, una propuesta que el régimen cubano ha recibido con cautela.
“El régimen sabe lo que tiene que hacer. Existen canales para enviar las remesas que no pasan por las fuerzas armadas que reprimen a su propio pueblo y a pueblos extranjeros, como Venezuela”, dijo la coordinadora de la Oficina de Asuntos Cubanos del Departamento de Estado, Mara Tekach durante una entrevista con el Nuevo Herald.
El objetivo del Departamento de Estado es que los militares “no puedan manipular los fondos de las familias cubanas para los propósitos del régimen”, comentó Tekach.
Sin ahondar mucho dijo que “hay opciones. Hay otras opciones que han existido por décadas”.
El 30 de octubre pasado, Estados Unidos anunció la prohibición de las remesas a Cuba por medio de compañías que sean controladas por los militares cubanos, situación que afectará exclusivamente el envío de dinero a la Isla, unos 3.700 millones de dólares anuales, si el gobierno de Cuba y empresas como Western Union no llegan a un acuerda pronto.
De las principales fuentes de ingresos que tiene el gobierno castrista, esta es la segunda detrás de los servicios de salud que ofrecen a otros países.
Según John Kavulich, presidente de EEUU-Cuba Trade and Economic Council, con sede en Nueva York, Western Union envía al menos 2.4 millones de dólares diarios a Cuba y hasta 1.500 millones al año. De ese flujo, casi la mitad se cortará por las sanciones que Estados Unidos impuso a finales de noviembre, sin embargo desde Washington quieren dejar la puerta abierta.
Algunos expertos han sugerido que el gobierno cubano podría transferir los activos de Fincimex, la empresa militar sancionada que procesa las remesas, a bancos estatales como el Banco Popular de Ahorro, el Banco de Crédito y Comercio o el Banco Metropolitano. Cuba se ha negado a transferir Fincimex a manos civiles, según comenta El Nuevo Herald..
Por su parte el canciller cubano, Bruno Rodríguez, aseguró que “no existen límites para un gobierno criminal en la imposición de políticas que limiten los contactos, la comunicación y la ayuda mutua entre las familias de ambos países”.
La empresa cubana Fincimex tiene 400 puntos en todo el país y todos operan en conjunto con Western Union. Havana Consulting Group, una consultora con sede en Miami, la empresa estadounidense procesa cerca de la mitad de los $3.700 millones anuales que llegan como remesas a la isla. Se prevé que Western Union como otras empresas de envío de remesas terminen sus servicios en Cuba el próximo 23 de noviembre.
Cuba tiene un modelo de gobierno de partido único, donde los militares controlan la mayor parte de la economía y de la vida del país. No está claro cómo podría afectar al ejército poner en manos de una institución civil el flujo de remesas debido a que en última instancia también ejercen control sobre los bancos del Estado.
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