El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, llega este lunes al norte de Chipre, en una visita que plantea incertidumbre no sólo en la isla, sino a nivel internacional por los anuncios que, según ha avanzado él mismo, hará sobre el futuro de esta isla, que podrían cimentar su división definitiva.
”Espero que con nuestras ceremonias de este año podamos enviar los mejores mensajes posibles para para el establecimiento de la paz, tanto en la isla como en el mundo entero”, dijo Erdogan en vísperas del viaje de dos días, cuyo objetivo es participar en la conmemoración del aniversario de la invasión militar turca en 1974, que derivó en la división del país en una parte grecochipriota y una turcochipriota, la denominada República Turca del Norte de Chipre (RTNC), hasta hoy sin reconocimiento internacional.
”Quiero dar las buenas noticias al norte de Chipre en su Parlamento“, afirmó Erdogan sin especificar el contenido de lo que pretende anunciar, lo que sí han hecho en cambio los diarios progubernamentales turcos.
Según la prensa turca, entre las intenciones de Erdogan estaría la de cambiar el nombre de la RTNC en Estado del Norte de Chipre; una mayor apertura del barrio de Varosha en la ciudad fantasma de Famagusta, sellada desde hace 47 años, y el establecimiento de una base para los drones armados de fabricación turca, cuya venta está teniendo gran éxito, sobre todo en países que resultan ampliamente problemáticos para la OTAN, como Siria, Libia o algunas repúblicas exsoviéticas.
En caso de materializarse todos estos anuncios, que de facto sellaría la creación de dos estados en Chipre, Erdogan abriría una nueva caja de Pandora, no solo en la isla sino a nivel internacional, en un momento en que se buscaba relajar la tensión en el Mediterráneo oriental y las relaciones con la Unión Europea habían empezado a mejorar.
La intención de Turquía para la partición de Chipre se intensificó a partir de 2017 tras el fracaso de un nuevo intento de la ONU de sellar un acuerdo entre las comunidades para el establecimiento de un estado bicomunal y bizonal, y culminó tras el fracaso de una nueva conferencia de la ONU el pasado abril, donde Turquía y el liderazgo turcochipriota, presentaron su propuesta para la creación dos estados en la isla.
La comunidad internacional y la Unión Europea dejaron en claro que nunca aceptarán en su seno dos estados chipriotas.
También una gran parte de turcochipriotas se oponen a este proyecto de Turquía, pues no quieren aceptar semejante injerencia política desde el exterior y la alteración del carácter laico de su comunidad.
Dos partidos políticos turcochipriotas anunciaron el sábado que boicotearán la visita de Erdogan con su ausencia en el Parlamento, donde el mandatario turco tiene previsto pronunciar el lunes el discurso en cuestión.
Entre los puntos que según las filtraciones supuestamente tiene previsto anunciar y que más ampollas está levantando entre la comunidad grecochipriota, está la citada apertura de Varosha, lo que violaría varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y el llamamiento a sus antiguos propietarios grecochipriotas, expulsados tras la invasión, a volver a sus propiedades, pero bajo administración turcochipriota, o a aceptar indemnizaciones a cambio de la cesión definitiva de sus viviendas.
El 8 de octubre de 2020, la parte turcochipriota ya había abierto parte de la playa de Varosha, lo que llevó al Consejo de Seguridad de la ONU y a la UE a pedir a Turquía que de marcha atrás a esta decisión.
En los últimos días se intensificaron los esfuerzos diplomáticos internacionales para pedir a Erdogan que evite acciones unilaterales que puedan elevar las tensiones en Chipre.
(con información de EFE)
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