El presidente francés, Emmanuel Macron, inicia mañana una visita oficial a los territorios de la Polinesia francesa en un intento de subrayar el vínculo con la metrópoli en momentos de creciente importancia geoestratégica de la zona, muy amenazada además por el cambio climático.
La visita, de cuatro días de duración, es la primera del presidente francés a esos territorios desde la que realizó el anterior jefe de Estado, François Hollande, en febrero de 2016, y tratará algunos puntos clave para la zona: el proceso independentista en Nueva Caledonia o las compensaciones por los ensayos nucleares en la zona.
Macron partirá desde Tokio, donde asiste este viernes a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, y debe mantener una serie de reuniones con autoridades y empresas japonesas.
La Polinesia francesa es un territorio autónomo de cinco archipiélagos y 118 islas, con una población de casi 300.000 habitantes y una enorme zona económica marítima exclusiva de 5,5 millones de kilómetros cuadrados en el Océano Pacífico.
El viaje, previsto para antes de la pandemia pero aplazado por fuerza, quiere recalcar la importancia que París da a la región Asia-Pacífico, en un momento en que el ascenso de China como gran potencia está generando más interés y tensiones.
Francia desplegó allí en junio pasado tres unidades de su avión de combate más moderno, el Rafale, junto con varias aeronaves de transporte y patrulla, para mostrar su capacidad de enviar unidades militares a la zona de forma rápida.
Además, la Marina mantiene unidades de patrulla para el control de esas aguas, en un Océano Pacífico donde no son raras las flotas de pesqueros «salvajes».
Macron visitará dos de los archipiélagos del territorio, Nueva Caledonia y las Marquesas, pero no el de Wallis y Futuna, debido a que allí no se ha registrado ningún caso de covid-19 y no se quiere correr el riesgo de llevar el virus.
Tratará algunas cuestiones clave en la relación de la metrópoli con el territorio, como el tercer referéndum de autodeterminación de Nueva Caledonia, que se celebrará el próximo 12 de diciembre.
La consulta llegará después de la de noviembre pasado, en la que los partidarios de continuar dentro de Francia ganaron con un 53,26 % de los votos.
Otro asunto espinoso que tratará Macron con las autoridades locales serán las compensaciones a administraciones e individuos por los 193 ensayos nucleares que Francia realizó entre 1966 y 1996 en la Polinesia, y que según algunos estudios pudieron afectar hasta a unas 110.000 personas.
El presidente quiere promover «un diálogo estrecho y transparente» sobre este asunto, con «la puesta en marcha rápida de varias medidas», como «en la cuestión de la memoria con la apertura de los archivos como con la cuestión de las indemnizaciones», señalan fuentes del Elíseo.
La recuperación económica tras el parón del turismo -principal fuente de ingresos de la economía regional-; la creciente importancia de los soldados polinesios en las Fuerzas Armadas francesas, y el cambio climático y la fragilidad de esas islas ante la subida de las aguas del océano, serán otros temas clave durante la estancia de Macron.
Finalmente, se convertirá en el primer presidente francés en visitar las islas Marquesas, donde apoyará la candidatura del archipiélago como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Allí, en isla de Hiva Oa, acudirá al cementerio donde están enterrados el pintor Paul Gauguin, que hizo famosos sus cuadros de las islas, y el cantante belga Jacques Brel, fallecidoen las afueras de París en 1978 pero que pidió ser inhumado en las Marquesas, donde vivió cuatro años y a las que dedicó una canción. EFE
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