Los embajadores en Israel de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido pidieron este miércoles que la cumbre que se celebrará mañana en Doha para tratar de relanzar las negociaciones para un alto el fuego en Gaza se salde con un acuerdo, que calificaron de «urgente» para la estabilidad de la región.
«El sufrimiento de las familias es motivo suficiente para estar aquí, simplemente en nombre de la humanidad, pero es tremendamente urgente, porque también es parte de la cuestión de mantener algo de estabilidad en esta región», dijo el embajador estadounidense, Jack Lew, en una rueda de prensa en Tel Aviv.
Los representantes acudieron a la sede del foro que representa a los familiares de los rehenes israelíes que siguen 10 meses después cautivos en el enclave, quienes además convocaron una protesta mañana en Tel Aviv para exigir un acuerdo de alto el fuego que libere a sus seres queridos.
La manifestación, bautizada como «Marcha de la última oportunidad», tendrá lugar mientras los negociadores de Estados Unidos, Catar, Egipto e Israel se reúnen en Doha y con la presión añadida por el posible ataque en represalia de Irán por el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ya avanzó ayer que espera que una tregua entre Israel y Hamás en Gaza disuada a la república islámica de atacar.
Lew, el embajador estadounidense en Israel, dijo que un acuerdo de alto el fuego abriría «un camino a las conversaciones para dar una solución diplomática en el norte», en referencia al intercambio de cohetes diario entre Israel y Hizbulá, grupo libanés aliado de Irán.
El embajador alemán, Steffen Seibert, destacó que se trata de «una semana especial y potencialmente decisiva». «Ya va siendo hora de (lograr) un acuerdo para sacar a los rehenes, poner en vigor un alto el fuego e introducir la ayuda necesaria» al enclave palestino, añadió.
Su colega británico, Simon Walters, se centró en el sufrimiento de las familias de los rehenes, y dejó claro que «no puede haber más retrasos».
Tras más de diez meses de combates, la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza deja ya casi 40.000 muertos y más de 92.000 heridos, además de unos 10.000 desaparecidos, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.
Los gazatíes, sometidos a constantes órdenes de evacuación, se hacinan en ciudades semidestruidas o en abarrotados campamentos de tiendas de campaña, bajo bombardeos y montones de basura y escombros, sin apenas acceso al agua corriente, electricidad o servicios básicos de higiene.
La actual guerra comenzó tras un ataque de Hamás que dejó unos 1.200 muertos en Israel y 251 secuestrados, de los que 111 permanecen todavía en Gaza (al menos 39 de ellos confirmados muertos por las autoridades israelíes). EFE
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