Desde el jueves, en la madrugada, agentes del CTI de la Fiscalía le seguían los pasos a Jhonier Leal Hernández, el hermano mayor del asesinado Mauricio Leal.
Por El Tiempo
Ya habían ubicado el apartamento, en el norte de Bogotá, en donde solía pasar las noches, desde el 22 de noviembre, cuando él mismo declaró haber encontrado los cadáveres de su hermano menor y de su madre, Marleny Hernández, con signos de violencia y profundas heridas de arma blanca.
Desde ese día, la lujosa casona de La Calera, donde vivía hacía algunos meses con su hermano y con su madre y donde ocurrió el doble homicidio, quedó sellada y la Fiscalía ni siquiera le había permitido a Jhonier sacar su ropa.
Expertos forenses recaudaron en el lugar huellas, rastros de sangre, videos y testimonios, que los llevaron a concluir que detrás de los asesinatos, que sacudieron a la farándula nacional, estaba Jhonier.
Por eso, el pasado viernes, un piquete de 10 agentes del CTI llegó en dos camionetas de platón al apartamento (modesto en comparación con la lujosa casa de La Calera) y le anunciaron al también peluquero que quedaba detenido.
Cuando el reloj del comedor marcaba la 8:55 de la noche (según el video de captura, revelado por EL TIEMPO), le notificaron que debía responder ante la justicia por los delitos de homicidio agravado por el parentesco, con dos agravantes: estado de indefensión y sevicia.
Este diario estableció que la Fiscalía busca probar que Marleny fue la primera en ser asesinada y que, en efecto, Mauricio Leal fue obligado a escribir la supuesta carta suicida: “Los amo, perdónenme, no aguanto más. A mis sobrinos y hermano dejo todo, con todo mi amor; perdóname, mamá, 11.24”.
“Además, se pedirá que se le procese por ocultamiento y alteración o destrucción de elemento material probatorio”, le anticipo la Fiscalía a EL TIEMPO, que publicó en primicia la captura de Jhonier.
Cuchilllos y carta
Con el mismo semblante de tranquilidad con el que le concedió a este diario la primera entrevista, después del doble crimen, Jhonier pidió hacer una llamada para reportar su captura.
Luego se puso una chaqueta verde y pidió que esperaran a su abogada –Érika Sanguinetti– para proceder a la legalización de captura y solicitud de medida de aseguramiento. Además, aclaró que si bien es conocido como Jhonier Leal, su nombre real es Yhonier, como aparece en documentos legales.
Para investigar este caso –que se inició con la versión de un supuesto homicidio- suicidio– el fiscal general, Francisco Barbosa, asignó a un delegado ante el tribunal, experto en la investigación de este tipo de delitos.
Además, ordenó que se unieran al caso un par de fiscales de apoyo, con amplio conocimiento y trayectoria en el despliegue de actos urgentes; así como investigadores, criminalísticos y médicos forenses.
Estos últimos determinaron que ninguna de las víctimas se pudo defender y, por las lesiones en sus cuerpos, se estableció que fueron ultimados con crueldad.
Además, fue evidente que el asesino ocultó uno de los cuchillos usados para el crimen del que solo apareció su mango.
También despertó sospechas una herida en la mano derecha de Jhonier, que él atribuyó a cortes superficiales con tijeras de peluquero.
¿Coartada hecha trizas?
Pero luego empezaron a aparecer nuevas evidencias que no parecían encajar en la versión que Jhonier le dio a la Fiscalía en la primera entrevista que entregó, en calidad de testigo.
Dijo que su hermano había manifestado, ese 22 de noviembre, que quería dormir y le pidió que él se fuera a trabajar.
Y a EL TIEMPO le aseguró que las últimas palabras de Mauricio habían sido la noche anterior, cuando le escribió, vía chat, que le subiera unas galletas.
Pero médicos forenses determinaron que Leal y su madre llevaban muertos al menos 30 horas cuando se recogieron e hicieron las inspecciones a cadáver.
Esto lleva a suponer que el crimen se ejecutó hacia la medianoche del 21 de noviembre y no en la mañana del 22, después de que Jhonier se fue a trabajar.
Una prueba irrefutable es que la sangre ya estaba seca, pero en los cuerpos se encontraron más evidencias que la Fiscalía revelará en las audiencias en las que sustentará la captura.
Jhonier, ahora presunto asesino, también intentó ligar la muerte de su hermano a unos dolores que Mauricio padecía hace años, que (según la hipótesis del suicidio) lo habrían llevado a matar a su madre y luego a quitarse la vida.
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