Carlos Holmes Trujillo, exministro de Defensa fallecido en la madrugada de este martes, llevó la política en la sangre, en el ADN. Fue uno de los pocos líderes en Colombia que se pudo sentir orgulloso de haber sido funcionario de todos los gobiernos desde la presidencia de César Gaviria (1990-1994), sin importar la orientación ideológica del presidente de turno, aunque está en el sector público desde 1976.
Desde la cuna, Trujillo ya respiraba política. Su padre, también llamado Carlos Holmes Trujillo, un extraordinario orador, fue congresista liberal, y su hermano José Renán Trujillo fue senador de la República, también por el liberalismo.
Carlos Holmes Trujillo, dueño de una dilatada carrera política, era abogado de la Universidad del Cauca, donde se especializó en Derecho Penal y Criminología. Realizó un posgrado en la Universidad de Sofía de Tokio, donde obtuvo el título de Máster en Negocios Internacionales. De igual manera, adelantó varios cursos de administración en el Japón.
Sus estudios de posgrado en el país asiático obedecieron en buena medida a que su primer cargo público fue como cónsul y encargado de negocios en la embajada colombiana en Tokio (entre 1976 y 1982), durante los gobiernos de Alfonso López Michelsen y de Julio César Turbay.
Posteriormente, regresó a Colombia para ser secretario de Hacienda de Cali, en 1983, y empezó a agitar con mayor furor las banderas del liberalismo, al punto de ser miembro de la Dirección Nacional Liberal y posteriormente codirector del Partido Liberal, así como fundador y primer presidente de la Federación Colombiana de Municipios.
En 1988 se convirtió en el primer alcalde de Cali elegido popularmente, cargo en el que estuvo hasta 1990, para luego dar el salto a la política nacional al llegar a la Asamblea Nacional Constituyente como cabeza de una de las listas liberales.
Su labor como uno de los redactores de la actual Constitución Política le valió para ser Ministro de Educación del presidente César Gaviria, durante 1992 y 1994. A partir de allí comenzó lo que es considerada una proeza política: hizo parte de todos los gobiernos subsiguientes.
Al llegar Ernesto Samper a la presidencia, Trujillo se convirtió en su Alto Consejero de Paz, cargo que ocupó entre 1994 y 1995. Durante este tiempo, tuvo acercamientos con el Eln, pero nunca se llegó a reunir con los líderes de esa guerrilla.
Tras salir de la alta consejería, fue nombrado por Samper en la embajada de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, lo que fue el inicio de una amplia carrera diplomática, que se interrumpió solo entre 1997 y 1998, cuando fungió como ministro del Interior del gobierno Samper.
Con la llegada de Andrés Pastrana a la presidencia, la carrera diplomática de Carlos Holmes Trujillo se reactivó. Fue nombrado embajador en Austria y luego en Rusia.
Luego, con Álvaro Uribe, continuó en el servicio diplomático, primero como embajador en Suecia, Finlandia e Islandia y luego en Bélgica, donde también sirvió como representante de Colombia ante la Unión Europea.
Este último cargo lo tuvo desde 2006 hasta 2011, es decir, el expresidente Juan Manuel Santos lo mantuvo un año en esa posición diplomática, hasta la renuncia de Trujillo.
Carrera presidencial
A partir de allí, tras el distanciamiento de Santos con el uribismo, Carlos Holmes Trujillo también marcó distancia con el exmandatario, al punto de que fueron contendores en las elecciones presidenciales de 2014.
Santos en ese momento aspiraba a la reelección, mientras que Trujillo era la fórmula vicepresidencial de Óscar Iván Zuluaga. La candidatura uribista ganó la primera vuelta con 3,7 millones de votos (sacándole 400.000 votos a Juan Manuel Santos), pero perdió la segunda por 900.000 votos.
Tras la derrota electoral, este curtido líder se marginó de la vida política durante cerca de tres años, en los que estuvo como director de la Oficina de Contribución a los Grandes Debates de la Universidad del Rosario. Pero nuevamente la política lo llamó.
En 2017 fue uno de los precandidatos presidenciales del Centro Democrático. Pero tras una serie de encuestas, el ungido por el expresidente Álvaro Uribe fue Iván Duque, quien en 2018 llegó finalmente a la Casa de Nariño.
Carlos Holmes Trujillo se convirtió desde agosto de 2018 en uno los hombres más cercanos del círculo del presidente Iván Duque, quien lo nombró Canciller.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores, Trujillo fue clave en la estrategia de ‘cerco diplomático’ que Colombia desplegó para buscar una transición democrática en Venezuela y en el posterior reconocimiento de más de 50 países a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
En noviembre de 2019, tras la renuncia de Guillermo Botero, asumió uno de los mayores retos de su carrera: el Ministerio de Defensa. Como jefe de esta cartera, Trujillo se enfrentó a agudas polémicas, como los escándalos por los llamados perfilamientos a líderes de oposición y periodistas, el asesinato de líderes sociales y los casos de abuso de la fuerza de miembros de la Fuerza Pública.
Estos últimos hechos lo llevaron a ser sometido a dos debates de moción de censura en el Congreso, en menos de un mes. Ambos los superó con el apoyo de la coalición de gobierno.
Antes de caer enfermo, se esperaba su próxima renuncia para retomar la carrera por la candidatura presidencial del uribismo, partido del que se consideraba una de sus cartas más seguras.
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