La capital cubana, La Habana, comenzará en agosto con cortes de electricidad, canceló el carnaval y está tomando otras medidas ante el empeoramiento de la crisis energética del país, informaron el sábado medios estatales.
La capital, hogar de una quinta parte de la población de 11,2 millones de habitantes y centro de la actividad económica de Cuba, se había librado de los apagones diarios de cuatro horas o más que el resto de la isla sufre desde hace meses.
Los racionamientos han provocado algunas protestas locales este verano y hace un año en julio alimentaron un día de disturbios sin precedentes en el país, cuando el descontento se desbordó.
Por ahora, un cronograma de cortes de energía significará que los seis municipios de La Habana tendrá racionamiento cada tres días durante las horas pico del mediodía, según el diario local del Partido Comunista, Tribuna de la Habana, que informó sobre una reunión de las autoridades.
La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) prevé este sábado un déficit del 21% en la generación de energía durante el horario pico y una afectación de 576 megavatios (MW).
“Se estima para el horario pico una disponibilidad de 2.349 MW y una demanda máxima de 2.855 MW para un déficit de 506 MW”, precisó la compañía estatal en una nota de prensa.
La UNE añadió que “en el día de ayer se afectó el servicio por déficit de capacidad las 24 horas del día” y también “se mantuvo afectado durante toda la madrugada de hoy”.
Los apagones reflejan una crisis económica cada vez más profunda. Los precios altísimos de los alimentos, el combustible y el transporte marítimo han expuesto la dependencia de las importaciones y vulnerabilidades como una infraestructura en deterioro. La economía del país disminuyó un 10,9% en 2020, recuperándose solo un 1,3% el año pasado.
Los cubanos han soportado más de dos años de escasez de alimentos y medicinas, largas filas para comprar bienes escasos, altos precios y problemas de transporte. Los apagones solo se han sumado a la frustración, lo que ha provocado un éxodo de más de 150.000 cubanos desde octubre a Estados Unidos y otros países.
La impotencia crece entre la población, no sólo por la falta de energía, que en varios casos se puede extender hasta más de diez horas, sino además por la epidemia de dengue que ya ha provocado varias muertes, sobre todo de niños. Ante la falta de electricidad, los padres se ven imposibilitados de espantar los mosquitos que transmiten la enfermedad.
En una comparecencia televisiva en junio pasado, el dictador Díaz-Canel había reconocido el descontento social por los constantes y extensos apagones en todo el país, y prometió que estabilizaría la capacidad energética durante el verano. Pese a estas promesas, el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte, reconoció que los apagones seguirán durante un tiempo indeterminado.
El régimen castrista argumenta que los cortes en el suministro son por roturas en las plantas, el déficit de combustible para la generación distribuida y los mantenimientos programados.
Los cortes eléctricos fueron, junto con otros problemas económicos graves, algunos de los factores que atizaron el descontento social el año pasado en Cuba, cuando se produjeron las mayores protestas en décadas.
Con información de Reuters y EFE
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