Las autoridades bielorrusas fueron acusadas el lunes en la ONU de detención arbitraria y de tortura contra manifestantes que protestan desde agosto contra la reelección del presidente Alexander Lukashenko.
Numerosos diplomáticos pidieron a las autoridades poner fin a la represión, liberar a los manifestantes detenidos e investigar sobre las acusaciones de tortura y malos tratos.
“Francia reitera su llamado a las autoridades bielorrusas a liberar a todos los prisioneros políticos y a todas las personas detenidas arbitrariamente, a investigar de manera exhaustiva todas las violaciones de los derechos humanos y a cooperar en el marco del mecanismo de Moscú de la OSCE”, declaró el embajador francés François Rivasseay en un pleno prácticamente vacío debido al covid-19.
“Estamos muy preocupados por el uso constante de la violencia, la intimidación y la represión contra el pueblo bielorruso”, insistió Andrew Brember, el embajador estadounidense, mediante videoconferencia.
El lunes, Minsk debía someterse al Examen Periódico Universal (EPU), un proceso dirigido por los Estados bajo la égida del Consejo de Derechos Humanos, que revisa los logros del conjunto de Estados miembro de la ONU en materia de derechos humanos.
Los responsables bielorrusos, que participaban desde Minsk por videoconferencia, afirmaron que habían reaccionado como se debía ante “actos ilegales”.
Desde su controvertida reelección el 9 de agosto, Lukashenko, en el poder desde 1994, hace frente a un movimiento de protesta sin precedentes que reúne cada semana a decenas de miles de manifestantes.
El representante bielorruso en la ONU, Yuri Ambrazevich, reconoció “problemas en los que hay que trabajar” pero, afirmó, “sólo es posible avanzar dentro de un diálogo respetuoso, sin presiones externas, chantaje o condiciones”.
AFP
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