El Departamento de Estado anunció este martes que Cuba y Venezuela se mantienen en la lista de países que no colaboran plenamente con los esfuerzos antiterroristas. La lista la integran además Siria, Venezuela, Corea del Norte e Irán.
Por MARIO J. PENTÓN | El Nuevo Herald
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, reaccionó en Twitter a la publicación del Departamento de Estado. “Sorprende e irrita la calumnia y que aplique la política de Trump y sus 243 medidas de bloqueo [embargo]”.
Esta certificación de país que no coopera plenamente en los esfuerzos antiterroristas prohíbe la comercialización o el otorgamiento de licencias de exportación de artículos y servicios de defensa. Es un poderoso llamado de atención ante la comunidad internacional y ante el público estadounidense, explicó el Departamento de Estado.
Cuba fue incluida en la lista de países que no cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos en 2019, un paso previo a declararla un país patrocinador del terrorismo en 2021. La decisión marcó un revés para La Habana, que había salido de esa lista en 2015 en plena normalización de relaciones entre ambos países.
En esos años John O. Brennan, ex director de la Agencia Central de Inteligencia viajó a Cuba y se reunió con el coronel Alejandro Castro Espín, hijo del ex gobernante Raúl Castro. Poco después viajó a la isla el expresidente Barack Obama con la esperanza de impulsar el deshielo con el régimen castrista.
La victoria del republicano Donald Trump en las elecciones de noviembre de 2016 y los ataques contra diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana enturbiaron las relaciones, que retrocedieron a los ríspidos desencuentros entre ambos gobiernos por el incremento de la represión en la isla contra disidentes.
La Administración de Trump acusó a La Habana de respaldar militarmente y con inteligencia al régimen de Nicolás Maduro, algo que el mismo Maduro ha confirmado en reiteradas ocasiones, así como acoger a la máxima dirección de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que permanecía en Cuba en diálogos con el gobierno de Iván Duque.
Los diálogos se rompieron tras un ataque terrorista contra una escuela de cadetes que costó decenas de muertes pero La Habana se negó a repatriar a los cabecillas de la guerrilla amparada en una serie de memorandos rubricados por el Estado colombiano. El presidente colombiano Iván Duque todavía pide a su homólogo Miguel Díaz-Canel la extradición de los dirigentes del ELN.
Las autoridades cubanas esperaban un cambio de rumbo en la política hacia Cuba con la administración de Joe Biden y enviaron numerosas señales para retomar el camino de la normalización iniciado bajo Obama.
La Casa Blanca, por su parte, ha dicho que Cuba no es una prioridad en la política exterior de los Estados Unidos y que considera que los cubanoamericanos son los mejores embajadores de la libertad para el pueblo cubano, un discurso que no gustó en el Palacio de la Revolución.
Biden tampoco ha eliminado decisiones controversiales de la anterior administración, como la designación de Cuba como un país promotor del terrorismo o la prohibición de vuelos a la mayoría de los aeropuertos, limitaciones a las remesas y cruceros a la isla.
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