Sin que esté definida como una prioridad la política exterior, el presidente electo de Chile Gabriel Boric tendrá un claro desafío. Cumplir con su discurso de «compromiso inclaudicable» con los derechos humanos también cuando aborde la agenda internacional, dado que en la región tres países violan de forma flagrante las libertades de sus ciudadanos: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Ignacio Rodrigo / Diario de Cuba
El otrora líder del movimiento estudiantil ha obtenido la presidencia teniendo apenas 35 años. Simboliza, sin duda, el deseo de cambio que tuvo en Chile una expresión masiva de protestas con actos de violencia en 2019 y que el sistema político canalizó con una inédita convocatoria a una Asamblea Constituyente, una figura no prevista en la Constitución que heredó este país de la dictadura de Augusto Pinochet, y que justamente en cuestión de meses será sustituida.
Con el 55% de los votos y siendo el presidente con el mayor caudal de votación de toda la historia de Chile, con 4,6 millones, Gabriel Boric ha recibido un mandato claro por parte de los chilenos. De acuerdo con el analista Patricio Navia, terminó siendo positivo que haya sido derrotado en la primera vuelta y que esto le haya obligado a reorganizar su equipo, ganar otras adhesiones e incluso reformular su propuesta de cambio. Es un Boric que debió apostar al centro político para poder ganar y eso moderará su acción de gobierno.
En su comentado primer discurso Boric trazó líneas gruesas de lo que será su gobierno a partir del 11 de marzo. Su toma de posesión será justamente un mes después de su cumpleaños número 36. De su gobierno deberá esperarse una reforma del sistema de pensiones, medidas para combatir la desigualdad, aumentos de salarios y promoción de la educación. Todos los analistas coinciden en que la prioridad será la economía.
Posiblemente, para alejar los temores que rodean su elección, dado de que proviene de la izquierda y es respaldado por un Partido Comunista de Chile que mantiene posiciones ortodoxas, en su discurso que fue leído, Boric resaltó que su Gobierno defenderá una prensa libre, insistió en que es adepto de la democracia y las libertades, y que gobernará para todos, especialmente para el país que no votó por él.
No hubo ni una sola mención a que hará Chile en materia de política exterior. Esto deja en claro que la dimensión internacional no será una prioridad para el joven presidente. Aunque es pronto para saber los nombres de quienes integrarán su gabinete, allí radica una clave para saber con exactitud cuál será la apuesta del nuevo Gobierno en política exterior.
«No será una prioridad, sin duda, pero Boric será demandado por una realidad inequívoca. El Chile que gobernará enfatizando los derechos humanos y la democracia deberá coexistir, en la región, con dictaduras. Sea que se quede callado o que tenga una política activa, Boric será interpelado por lo que pase también en Cuba, Nicaragua y Venezuela«, comenta a DIARIO DE CUBA un veterano diplomático sudamericano.
El tema de las protestas en la Isla del 11J, como lo reseñó en su momento DIARIO DE CUBA, tuvo un impacto en la elección primaria del candidato de la izquierda chilena. El comunista Daniel Jadue, favorito según las encuestas previas, terminó siendo derrotado por un Boric que, en ese momento, julio pasado, no era favorito para ser el abanderado de la coalición de izquierda.
Tras la represión que generó en la isla el 11J, el Partido Comunista chileno ratificó su respaldo al castrismo e incluso Jadue, de forma destemplada, intentó ironizar al comparar la represión ocurrida en las protestas chilenas de 2019 con lo sucedido en las calles cubanas en 2021.
Boric, en aquel momento, como venía siéndolo desde 2019, fue categórico en desmarcarse de la solidaridad automática con el castrismo y otros autoritarismos de la región. Boric señaló que la izquierda chilena está atrapada en un doble estándar y que eso le evitaba ver lo que ocurría en Cuba.
En 2019 Boric fue enfático en pedir que la izquierda formada por el Partido Comunista de Chile y el Frente Amplio, del cual forma parte, se deslindaran de los autoritarismos de América Latina. Ahora que ocupará el poder, el gran desafío será traducir eso en una política exterior y lograr dominar a las fuerzas ortodoxas de izquierda que también formarán parte de su Gobierno, dado que llegó al poder siendo candidato de una coalición.
A juicio del activista de derechos humanos, Rafael Uzcátegui, tanto en Boric como en el campo de la izquierda democrática de Chile, ha tenido un peso los pronunciamientos e informes de Michelle Bachelet, la dos veces presidenta chilena y ahora al frente del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.
Documentada y categórica para denunciar violaciones a los derechos humanos en Venezuela y Nicaragua, Bachelet ha guardado un escandaloso silencio sobre la crisis generalizada de derechos humanos en Cuba.
En 2019, cuando Bachelet dio a conocer su primer y contundente informe sobre el régimen de Nicolás Maduro, en el cual documentó violaciones generalizadas a los derechos humanos en Venezuela, Boric se pronunció.
«El informe de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, es categórico. En Venezuela hay violaciones graves a los derechos humanos por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. Esto no puede ser relativizado por la izquierda sino condenado de manera categórica. La defensa de los derechos humanos debe ser universal, indivisible y alejada de cualquier doble estándar», sostuvo en julio de 2019 el hoy presidente electo.
Para el diplomático consultado por DIARIO DE CUBA, si Boric es cónsono con sus discursos y posiciones previas, y si opta realmente por un compromiso férreo con los derechos humanos, deberá tener una política exterior que esté basada en la defensa de las libertades básicas para abordar las crisis que atraviesan a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Bachelet acudió a Chile para respaldar públicamente a Boric y analistas apuestan a que tendrá influencia en el nuevo Gobierno.
Por su parte, el analista y autor de libros dedicados a América Latina, Michael Reid, reaccionó de forma entusiasta al primer discurso de Boric como presidente electo.
«Ha sido impresionante el discurso de victoria de Boric. Muestra una madurez política asombrosa y muy poco populismo. El mensaje correcto: cambio con responsabilidad y mediante acuerdos amplios. Por supuesto que habrá problemas, pero hay una gran oportunidad», sostiene Reid, quien es columnista en The Economist.
El director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, Jorge Sahd, sostiene que Boric en el campo internacional tiene varios desafíos. Por un lado, está la crisis migratoria venezolana que impacta a prácticamente toda Sudamérica, tensiones históricas con países vecinos como Argentina y Bolivia, así como la inestabilidad que envuelve al nuevo Gobierno de Pedro Castillo en Perú.
En materia migratoria, Boric tendrá la oportunidad prontamente de demostrar que su acción de gobierno descansa en la universalidad de los derechos humanos. Varias organizaciones reconocidas, incluyendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional han condenado la actual política migratoria del Gobierno del presidente saliente Sebastián Piñera, que ha incluido la deportación de venezolanos y colombianos sin que se cumpla ningún trámite que les permita a los afectados apelar su expulsión de Chile.
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