El terrorista más buscado del mundo Abu Bakr al Bagdadi murió en una operación la pasada noche a manos de fuerzas especiales estadounidenses a las afueras de la pequeña localidad de Barisha, en la provincia norteña siria de Idlib, donde hoy todo el mundo tiene miedo.
Los alrededores de Barisha están este domingo rodeados por puntos de control de yihadistas, algunos del Organismo de Liberación del Levante, una alianza en la que está la exfilial de Al Qaeda en Siria, que opera en esta zona convertida en bastión opositor contra las fuerzas del presidente sirio, Bachar al Asad, según pudo constatar Efe.
Los miembros de las facciones cubiertos con máscaras y armamento ligero limitaban el acceso a esta pequeña localidad a apenas seis kilómetros de la frontera con Turquía y al lugar en donde se produjo la operación contra el jefe del grupo yihadista Estado Islámico (EI), un campo con una suerte de granja de ovejas y una casa pequeña a las afueras del pueblo.
La zona objetivo de ataque ha quedado completamente destruida.
Un grupo de desplazados, personas que han tenido que dejar sus hogares por la guerra y viven cómo y dónde pueden, no podían esconder su miedo ante la presencia de hombres enmascarados que tomaron la zona e introdujeron maquinaria para excavar entre los escombros.
Uno de los desplazados se apresuraba a recoger las pocas cosas que tenía para marcharse de allí.
El hombre, de unos 40 años, declaró a Efe que por la noche llegaron varios helicópteros y de ellos bajaron soldados, pero no quiso dar más detalles entre evidentes señales de temor.
Otro vecino que tampoco quiso dar su nombre dijo que “el lugar objetivo de ataque fue una granja y una casa de un comerciante que vendía ganado, leche y queso”.
Los residentes de la zona sitúan alrededor de las 23.00 hora local (21.00 GMT) el ataque. Entonces, unos helicópteros sobrevolaron el lugar y varios comandos descendieron de los aparatos. Posteriormente, hubo un combate en tierra que duró unas tres horas.
Los helicópteros respondieron a disparos desde otras zonas del pueblo, pero tras varias horas se fueron y los aviones de la coalición bombardearon el lugar con dos cohetes que destruyeron todo por completo, además de lanzar otro misil supuestamente de racimo que causó otras seis explosiones.
De acuerdo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la operación se desarrolló durante cuatro horas en las que comandos entraron en un complejo donde se encontraba Al Bagdadi.
El jefe de EI huyó junto con tres de sus hijos por un túnel, mientras era perseguido por perros y soldados de EEUU.
Al verse sin salida, se inmoló con un chaleco explosivo, junto a los tres niños.
Con información de EFE
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