El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, ha culpado abiertamente a Donald Trump de «provocar» a la turba que el 6 de enero saqueó el Capitolio y provocó cinco muertos, en una señal de ruptura total a apenas unas horas de que el presidente abandone el cargo, y cuando aún se enfrenta al juicio político del «impeachment».
En una intervención este martes en el pleno del Senado, que está considerando a los candidatos a ministros de Joe Biden, McConnell señaló que «la turba fue alimentada con mentiras». «Fueron provocados por el presidente y otras personas con poder, y trataron de usar el miedo y la violencia para impedir un trámite específico del poder legislativo del gobierno federal al que se oponían», añadió.
McConnell fue inusualmente duro con Trump y dijo que, a pesar de sus acciones, los senadores se mantuvieron «unidos y decidimos que una turba enfurecida no tendría poder de veto sobre el estado de derecho en nuestra nación». Los asaltantes intentaron impedir que el Capitolio validara la victoria de Biden en las elecciones.
Es más, el líder republicano alabó al demócrata Biden por disponerse a asumir el cargo «sin hacer llamamientos a un cambio ideológico radical» y recordó que es un «candidato presidencial que dijo que nos representaría a todos».
Horas en el cargo
A McConnell le quedan horas como líder de la mayoría del Senado. Tras la jura de Biden, este miércoles, toman posesión de sus escaños tres senadores demócratas. Los dos que ganaron la segunda vuelta de Georgia, Rafael Warnock y Jon Ossoff, y el sustituto de Kamala Harris, que de senadora de California pasa a ser vicepresidenta. Su sustituto será un hispano, Alex Padilla. Harris renunció al escaño el lunes.
A partir de entonces los republicanos tendrán 50 escaños, y los demócratas otros 50. El voto de desempate le corresponderá a la vicepresidenta Harris, que desde ese cargo ejerce también de presidenta del Senado.
Repudió los hechos
El 6 de enero, el republicano McConnell ya repudió los intentos de Trump de invalidar la victoria de Biden, en un discurso en el pleno, minutos antes de que ese mismo hemiciclo fuera asaltado a la fuerza.
«Debemos respetar los límites de nuestro propio poder. No podemos quitarles derechos a los ciudadanos. No podemos imponernos y anular las decisiones de las cortes y de los estados en base a unos argumentos tan pobres, tan escasos», dijo McConnell en un discurso recibido por un silencio sepulcral. «Si anulamos estas elecciones por las alegaciones de la parte perdedora, nuestra democracia entraría en un ciclo mortal. Sería imposible que esta nación aceptara de nuevo unos resultados electorales», añadió.
Después de aquellos hechos, McConnell se ha apartado mientras los demócratas han avanzado el «impeachment» de Trump en la Cámara de Representantes. Después de su recusación en la Cámara, el Senado debe juzgarle, para decidir sobre su inhabilitación (ya no podrá ser expulsado porque abandona el cargo este miércoles). McConnell ha pedido a cada senador que vote de acuerdo con su conciencia.
Para inhabilitar a Trump se necesitarían 67 votos de los 100 que hay en el Senado, es decir, 16 republicanos deberían unirse a los demócratas.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.