El secretario de Defensa de Estados Unidos en funciones, Christopher Miller, ha realizado este martes una visita sorpresa a Afganistán, donde se ha reunido con el presidente afgano, Ashraf Ghani, para «discutir el apoyo militar» a las fuerzas de seguridad del país.
El Pentágono, que ha indicado en un comunicado que «debido a preocupaciones de seguridad en torno a este viaje, no fue anunciado por adelantado», ha indicado que la visita tiene lugar «en medio de una oportunidad histórica para lograr la paz en el país».
Así, ha hecho referencia a las conversaciones iniciadas entre el Gobierno afgano y los talibán para intentar lograr un acuerdo de paz. Está previsto que las delegaciones, que han pactado la ‘hoja de ruta’ del proceso, mantengan nuevos contactos el 5 de enero.
Miller se ha reunido además con el comandante de las Fuerzas de Estados Unidos en Afganistán (USFOR-A) y la operación ‘Apoyo Decidido’, Scott Miller, «para obtener su valoración de la situación general de seguridad», «el nivel de violencia de los talibán» y «la retirada de fuerzas estadounidenses».
Afganistán se ha visto sacudido por un repunte de la violencia a pesar de las conversaciones de paz en marcha y, pese a las peticiones del Gobierno, los talibán se han negado hasta la fecha a declarar un alto el fuego.
En este contexto, un alto mando de la Policía y tres miembros de las fuerzas de seguridad afganas murieron el lunes en combates con milicianos talibán en la provincia de Kunduz (norte), según han informado este martes fuentes de los servicios de seguridad consultadas por la cadena de televisión Tolo TV.
Las citadas fuentes han señalado que el jefe de la Policía en el distrito de Chardara, Ahmad Omar Salé, murió en los combates con los milicianos talibán registrados el lunes por la noche. «Otros tres miembros de las fuerzas de seguridad han muerto también en los enfrentamientos», han añadido.
Asimismo, al menos cinco personas han muerto por la explosión de una bomba en la capital, Kabul, al paso de un vehículo que transportaba a médicos que trabajan en la prisión de Pul-e-Charji, tal y como ha confirmado la Policía local a través de un comunicado
Entre las víctimas del ataque, del que los talibán se han desvinculado, figura Nazifa Ibrahima, directora en funciones de la Dirección de Sanidad de la Autoridad de Asuntos de Prisioneros, según ha indicado este mismo organismo. Asimismo, entre los muertos hay un doctor que iba a la prisión a hacer pruebas de coronavirus a los reos.
Por otra parte, al menos siete civiles y dos soldados han muerto en dos atentados ejecutados durante las últimas horas en las provincias de Faryab (norte) y Jost (este), según las autoridades.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Mark Milley, mantuvo recientemente una reunión con los talibán en la capital de Qatar, Doha, en la que incidió en la necesidad de una «reducción inmediata de la violencia» para lograr avances en las conversaciones de paz, ante la negativa de los insurgentes a declarar un alto el fuego.
A los llamamientos se sumó el viernes el primer ministro de Pakistán, Imran Jan, quien reclamó una «reducción de la violencia» que lleve a un alto el fuego en Afganistán tras un encuentro con una delegación de los talibán en la capital paquistaní, Islamabad.
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