El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó el lunes a Qatar, país que se ha convertido en el principal interlocutor de los talibanes y en el centro logístico para la evacuación de todos los que han logrado huir de Afganistán.
El avión de Blinken aterrizó en Doha poco antes de las 18H00 locales. Acompañado del secretario de Defensa, Lloyd Austin, tiene previsto cenar esta noche con el emir Tamim bin Hamad Al-Thani.
Este es el primer viaje a la región de altos funcionarios estadounidenses desde que los talibanes tomaran el poder en Afganistán el 15 de agosto y desde la retirada de las tropas estadounidenses de ese país.
Blinken y Austin se reunirán el martes con funcionarios cataríes para abordar la situación de Afganistán, que se ha convertido en un importante problema geopolítico y en una posible crisis humanitaria que requiere la movilización de la comunidad internacional.
“Agradecemos la estrecha cooperación de Qatar en relación con Afganistán y su apoyo indispensable para ayudar en el traslado de los ciudadanos estadounidenses, el personal de la embajada en Kabul, los afganos amenazados y otros evacuados de Afganistán a través de Qatar”, indicó el Departamento de Estado estadounidense antes de la llegada de Blinken a Qatar.
Tras su paso por el emirato, está previsto que Blinken visite el miércoles la base aérea de Ramstein (Alemania), que acoge temporalmente a miles de afganos antes de que viajen a Estados Unidos. Copresidirá con su homólogo alemán, Heiko Maas, una reunión virtual de ministros de unos 20 países sobre la crisis afgana.
Por su parte, Austin realizará una gira por el Golfo que le llevará a Baréin, Kuwait y Arabia Saudita.
Los cataríes se han convertido en actores clave en el dosier afgano, con el rol de mediadores neutrales e influyentes. Ya en 2013 iniciaron las conversaciones con los talibanes, a petición del entonces presidente estadounidense Barack Obama.
Posteriormente, acogieron las negociaciones concluidas en 2020 entre los Estados Unidos de Donald Trump y los talibanes, y, después, entre estos últimos y la oposición afgana del presidente ahora depuesto, Ashraf Ghani.
También han acogido a más de 55.000 refugiados afganos, algunos de los cuales están alojados en la base estadounidense del emirato.
Hablar con los talibanes
La semana pasada estuvieron en Qatar los jefes de la diplomacia alemana, holandesa, británica e italiana, así como el ministro de Interior saudita, lo que demuestra la nueva importancia diplomática del rico emirato.
El ejército estadounidense puso en marcha a mediados de agosto un puente aéreo en Kabul que permitió la evacuación de unas 123.000 personas, de las que entre el 75% y el 80% eran “afganos amenazados”, según Blinken. Más de 55.000 de estos evacuados pasaron por Doha.
Uno de los principales temas del viaje será el diálogo con los talibanes, a los que la comunidad internacional aún no ha reconocido formalmente.
Los estadounidenses “seguirán hablando con los talibanes en un esfuerzo por asegurarse de que nuestro mensaje es claro”, dijo el sábado Dean Thompson, un funcionario del Departamento de Estado.
Añadió que estos contactos se están llevando a cabo, en particular, a través del enviado estadounidense Zalmay Khalilzad, representante de Washington en las conversaciones con los talibanes que condujeron al acuerdo de febrero de 2020 sobre la retirada de las fuerzas estadounidenses y extranjeras del país.
“Si es necesario que el Secretario de Estado hable con un líder talibán, lo hará, pero no estamos en esa fase”, afirmó otro alto funcionario estadounidense.
(Con información de AFP)
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