El Gobierno de Ecuador prevé incrementar en 30.000 efectivos su fuerza policial en los próximos tres años, en el marco de un plan de reforzamiento de esa institución que contará con una inversión estimada en 1.200 millones de dólares en los próximos tres años.
EFE
Así lo anunció este jueves el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, durante una ceremonia de presentación de acciones dirigidas a combatir la delincuencia y el crimen organizado en la ciudad costera de Guayaquil, en el suroeste del país.
«Vamos a fortalecer aún más a nuestra policía nacional, con más efectivos, con más y mejor equipamiento, con más y mejor tecnología», señaló el jefe del Estado al precisar que esa meta se financiara con recursos por unos 1.200 millones de dólares, en los tres años que le restan a su administración.
Agregó que el aumento de 30.000 efectivos adicionales a los 52.000 que actualmente forman parte de la Policía permitirá encarar de mejor forma las amenazas criminales en las ciudades y el de bandas de delincuentes que han generado matanzas atroces en varias cárceles del país.
Asimismo, indicó que el objetivo del plan estratégico es devolver la confianza en la institucionalidad del Estado, ante el auge delictivo en el país, sobre todo en ciudades como Guayaquil fuertemente golpeada por la delincuencia.
Lasso destacó la actuación policial en las últimas semanas y dijo, por ejemplo, que entre enero y el pasado 4 de abril se ha logrado detener a 4.937 hampones y decomisado unas 34 toneladas de drogas.
El mandatario también dijo que su estrategia de seguridad requiere del «buen accionar del sistema judicial, que esperamos esté de lado de la ciudadanía y no de los delincuentes».
Además, «requerimos el apoyo y accionar de la Asamblea» Nacional (Parlamento), sobre todo en el tratamiento de un proyecto de ley de seguridad impulsado por el Ejecutivo hace algunos meses y que no ha tenido una respuesta favorable del Legislativo, agregó Lasso.
«La seguridad ciudadana es responsabilidad de todos» y para alcanzar ese objetivo se requiere que todos los sectores actúen «de manera articulada e integralmente», subrayó.
«Vamos a trabajar por la tranquilidad que ustedes anhelan», ofreció el mandatario a los ciudadanos de Guayaquil.
También se refirió a la situación de las cárceles e insistió en que los presos que generen violencia en los centros penitenciarios serán trasladados a una prisión de máxima seguridad en Guayaquil, conocida como «La Roca».
«Respetaremos todos los derechos humanos de los detenidos», pero los reclusos «que no respeten los derechos humanos de los demás, serán llevados a La Roca», subrayó el jefe del Estado.
El pasado martes, el Gobierno ecuatoriano anunció la conformación de un Comité de Crisis para atender una serie de disturbios registrados en varias cárceles del país y que sucedieron a una masacre entre reclusos en una prisión de la ciudad andina de Cuenca, ocurrida el pasado 3 de abril y en la que murieron 20 personas.
Como medida para poner fin a esa situación, el Gobierno decidió reubicar a cinco reos identificados como cabecillas de las bandas que promovieron la mascare y quienes fueron trasladados a «La Roca».
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