Kanye West lleva semanas en el ojo de la tormenta tras una serie de comentarios anti semitas que, cada vez más, escalan en el tono. Desafiante, fiel a su estilo, el rapero se niega a recapacitar y cesar con sus dichos.
Y es casualmente esta actitud la que lo llevó a perder importantes contratos con marcas. Días atrás se conoció que la lujosa Balenciaga puso fin a sus trabajos conjuntos, a tan solo semanas de que West desfilara en el Paris Fashion Week con sus prendas. También, la agencia encargada de representarlo, CAA, tomó distancia.
Pero nada de todo esto preoucpó a West quien, por el contrario, redobló la apuesta. El rapero y la famosa marca de indumentaria deportiva Adidas tenían un contrato que representaba USD 1,5 mil millones de la fortuna del cantante. Por el lazo que los une desde 2013, y considerando que la marca se lleva entre el 4% y el 8% de las ventas de su popular y cara línea de zapatillas Yeezy -según la banca de inversión Cowen-, West se creyó intocable y días atrás manifestó en el podcast Drink Champs: “Puedo decir cosas anti semitas y Adidas no puede deshacerse de mí”.
Sin embargo, estos dichos, lejos de demostrar el poder de Ye -como se hace llamar ahora-, lo enterraron. Este martes, Adidas mostró su determinada postura contra los dichos racistas y dio por finalizado de inmediato el importante contrato. Y con ello, West dio por finalizada su etapa como milmillonario.
Hasta el momento, Adidas había intentado mantenerse al margen de la cuestión. El pasado 6 de octubre fue la primera vez que la marca se manifestó al respecto y lo único que dijo entonces fue que estaban evaluando la continuidad del contrato. Sin embargo, la presión sobre los dichos de Ye era cada vez mayor -considerando a su vez los lazos de la compañía alemana que se extienden hasta los tiempos del régimen nazi- y situaban día tras día a la marca en una posición más incómoda.
Un hecho ocurrido este fin de semana que obligó a los directivos a tomar acción al respecto. Un grupo de supremacistas blancos escribió en un cartel en plena carretera de Los Ángeles “Kanye tiene razón sobre los judíos”. Esta intervención hace referencia al tuit del rapero en el que mencionó “death con 3 on Jewish people” (NdR: Death con hace referencia a un estado de emergencia oficial de las Fuerzas Armadas de EEUU, aunque está mal escrito, el original es DEFCON), lo que daba a entender que tomaría algún tipo de acción o amenaza sobre ellos y le costó la suspensión de su cuenta en la red social.
El repudio generado en torno a este hecho llevó a Adidas a finalmente poner un punto final a su alianza con Ye, cueste lo que cueste. La empresa comentó que “no tolera el antisemitismo ni ningún otro tipo de discurso de odio” y agregó que “las recientes declaraciones y acciones de Ye son inaceptables, odiosas y peligrosas”.
A su vez, en el comunicado difundido este martes explican que las declaraciones del rapero “violan los valores de la empresa como la diversidad y la inclusión, el respeto mutuo y la equidad. Después de una cuidadosa consideración, la compañía tomó la decisión de poner fin a su asociación con Ye con efecto inmediato”.
Sin embargo, aunque a la marca le cueste una importante porción de sus ganancias, al rapero le significó la salida de los ránkings de multimillonarios. O, en otras palabras, un golpe al ego y a su billetera.
El fin de Ye como milmillonario estaba anunciado y es resultado exclusivamente de sus decisiones. Sin embargo, su fortuna era una de las más volátiles que pasó por las páginas de la reconocida revista de negocios en el mundo, Forbes.
El medio especializado calculó en USD 1,5 mil millones, lo que representaba el acuerdo contractual entre el cantante y Adidas. Según expertos en la industria, esta suma equivale a las regalías que el artista obtienen en el rubro musical y del cine.
West, sin embargo, quería más. Desde Forbes afirman que su relación con el rapero fue desde el inicio complicada ya que siempre sentía que el valor de sus ganancias estaba subestimado. Desde su primera aparición en los ránking en 2020 -cuando se encargó de enviarles un mensaje asegurando que su fortuna era del triple de lo publicado y afirmando que “nadie en Forbes sabe contar”-, cada año se comunicaba con la editorial para asegurarse de presentar una queja sobre malos cálculos.
Hoy, sin el respaldo de Adidas, la fortuna de Ye se redujo a 400 millones de dólares, que se sostienen con ingresos de propiedades, su catálogo musical, ahorros y hasta sus acciones (5%) de Skins, la empresa de fajas de su ex esposa Kim Kardashian. Por cierto, su aporte a la compañía ha sido nulo desde su inicio en 2019, según confirmaron a la revista Forbes fuentes cercanas a la marca.
Más allá de los efectos directos que la ola de racismo está teniendo sobre West, el repudio al rapero está llegando a las más altas esferas de Hollywood. La productora MRC decretó este lunes que no proyectará un documental que ya estaba grabado y listo para presentarse. Es decir, West no solo está bloqueado de Twitter y de Instagram, sino que, también, quedó excluido de la pantalla.
Sin la alianza con GAP para su línea de ropa Yeezy -que concluyó en septiembre-, ni la posibilidad de continuar operando en el banco JP Morgan -desde principios de este mes-, ni su contrato con la francesa Balenciaga o Adidas, ¿cuál será entonces el futuro del ya no milmillonario Ye?
Si bien siempre está la posibilidad de que lance sus líneas de manera independiente, sus próximos pasos parecerían estar enfocados en buscar un lugar donde seguir esparciendo sus polémicos discursos. En la misma línea que Donald Trump, el rapero apareció días atrás en Parler, la red social considerada de derecha, y manifestó su voluntad por adquirirla. Muy parecido, también, a la jugada de Elon Musk, quien tuiteó al respecto apoyando la idea.
“¿Pues qué diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?”, escribió en alusión al versículo bíblico Romanos 8:31.
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