El grupo extremista Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de una serie de atentados mortales contra vehículos talibanes en el este de Afganistán.
La afirmación, publicada el domingo por la noche en el brazo de medios del grupo militante, la agencia de noticias Aamaq, señala una creciente amenaza para los talibanes por parte de sus rivales de toda la vida.
Al menos ocho personas, incluidos varios combatientes talibanes, murieron en los ataques del domingo y el sábado en la ciudad provincial de Jalalabad, un bastión del ISIS.
Los talibanes tomaron el control de Afganistán en una campaña relámpago el mes pasado, invadiendo la capital de Kabul mientras Estados Unidos y la OTAN estaban en la fase final de retirada de sus tropas. Los últimos soldados extranjeros se marcharon el 30 de agosto.
Los talibanes ahora enfrentan importantes desafíos económicos y de seguridad al tratar de gobernar Afganistán, y una campaña acelerada de ataques del EI complicará aún más esos esfuerzos. Los talibanes y los extremistas del EI eran enemigos antes de que las tropas extranjeras abandonaran Afganistán.
Ambos grupos suscriben una interpretación dura del Islam, pero los talibanes se han centrado en tomar el control de Afganistán, mientras que los afiliados de ISIS en Afganistán y en otros lugares piden una jihad global.
MUJERES APARTADAS DE SU TRABAJO
El alcalde interino de la capital de Afganistán dijo que los nuevos gobernantes talibanes del país han ordenado a muchas empleadas de la ciudad que se queden en casa.
Hamdullah Namony comentó a los periodistas el domingo que solo las mujeres que no podían ser reemplazadas por hombres podían presentarse a trabajar. Él dice que esto incluye trabajadores calificados en los departamentos de diseño e ingeniería, así como asistentes femeninas de baños públicos para mujeres.
Los comentarios de Namony fueron otra señal de que los talibanes están imponiendo su dura interpretación del Islam, incluidas las restricciones a las mujeres en la vida pública, a pesar de sus promesas iniciales de tolerancia e inclusión. Durante su gobierno anterior en la década de 1990, los talibanes habían excluido a las niñas y mujeres de las escuelas y los trabajos.
El alcalde dice que aún está pendiente una decisión final sobre las empleadas en los departamentos municipales de Kabul y que, mientras tanto, cobrarían sus salarios.
Dice que antes de la toma de posesión de Afganistán por los talibanes el mes pasado, poco menos de un tercio de los cerca de 3.000 empleados de la ciudad eran mujeres que trabajaban en todos los departamentos.
(con información de AP)
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