Era el momento culminante del día de la investidura de Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Pasada la ceremonia del juramento de su cargo, Joe Biden y la primera dama, Jill Biden, caminaron hacia el que será su hogar durante los próximos cuatro años. Subieron las escaleras, saludaron a la multitud, posaron para que los fotógrafos inmortalizaran el momento, se abrazaron y se dieron la vuelta para entrar a la Casa Blanca… Pero las puertas no se abrieron y, durante unos segundos, ambos permanecieron de pie en la fría noche de Washington.
Por LA RAZÓN
Un increíble fallo en el protocolo que puede tener una explicación. Horas antes, el ujier jefe de la residencia presidencial Timothy Harleth fue despedido. Y es que, aunque la tradición es que sean guardias de la Marina los que abran las puertas al presidente entrante, el mayordomo es el encargado de dar la bienvenida.
Harleth, que ha desempañado ese papel durante el mandato Trump, y que anteriormente había sido gerente del Trump International Hotel en Washington, fue elegido personalmente por Melania Trump en 2017. Las funciones del ujier son supervisar los presupuestos, planificar los menús de la cena familiar y encargarse de cualquier problema personal. Y los Biden tienen previsto ya un sucesor para él, o eso dicen. Pero el 20 no había nadie para recibir a los nuevos inquilinos.
Si quieres recibir en tu celular esta y otras informaciones descarga Telegram, ingresa al link https://t.me/albertorodnews y dale click a +Unirme.